El entorno determina qué estrategia de defensa funciona mejor ante los depredadores

Fauna

Las diferentes coloraciones se enfocan en cumplir un papel concreto a la hora de ofrecer protección 

Los animales también saben cómo engañar sobre su tamaño y fuerza

Una liebre ártica escapa ante la presencia de algún zorro en la zona

La liebre ártica es uno de los animales que recurre a la coloración especializada en el camuflaje para evitar a sus depredadores.

Propias

En el mundo natural existe toda una serie de estrategias de supervivencia, en las que, a lo largo de la evolución, los seres vivos se han ido especializando hasta dominarlas por completo. A menudo, esto resulta especialmente llamativo en el caso de las presas, obligadas a desarrollar diferentes tácticas de protección para evitar ser depredadas. Una de esas especializaciones que fascina a los científicos tiene que ver con la coloración, donde se distinguen dos fenómenos opuestos, conocidos como cripsis y aposematismo. El primero de ellos hace referencia a la coloración cuyo principal objetivo consiste en convertir al animal en invisible, por medio de una perfecta mimetización con el entorno. Es decir, se trata de un camuflaje que hace pasar desapercibida a la presa frente a los depredadores, es el caso de la liebre ártica o la sepia. Lo opuesto es el aposematismo, un arma defensiva, caracterizado por colores llamativos y vibrantes, cuya función se enfoca en alertar o advertir a los depredadores de que ese animal es peligroso o tóxico. 

Sin embargo, ¿de qué depende que una u otra estrategia resulte más eficaz? Esta cuestión es la que se propuso aclarar un estudio publicado en la revista especializada ‘Science’. Una ambiciosa investigación que se extendió por 21 lugares de todos los continentes y que contó con un equipo de más de cincuenta especialistas. Entre los participantes se encuentran expertos procedentes de Australia, India, Finlandia, República Checa, Canadá, Países Bajos, Estados Unidos, Brasil, Nueva Zelanda, Kenia, Corea del Sur y Colombia, entre otros. Sus hallazgos han resultado ser muy reveladores a la hora de comprender cómo afecta el entorno a las estrategias de defensa frente a los depredadores.

¿Cuándo funciona mejor cada estrategia de defensa?

Se crearon 15.018 polillas de papel para ejercer el rol de presas falsas, algunas de ellas con una coloración de camuflaje y otras llamativas. El objetivo de los investigadores consistía en averiguar cómo el contexto del entorno incrementa la efectividad de la táctica de cripsis o de aposematismo. Los hallazgos de estos estudios demostraron que las estrategias aposemáticas funcionan mejor en aquellos entornos en los que existe una baja intensidad de depredación. En cambio, cuando existe un alto número de depredadores, la competencia entre estos los empuja a arriesgarse, de manera que la coloración aposemática no resulta efectiva. Por otro lado, la cripsis o camuflaje es más eficiente cuando las presas lo emplean con poca frecuencia y, en particular, si se trata de entornos en los que existe poca luz.

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Estas averiguaciones, según destacan los investigadores, suponen una valiosa información para comprender cómo estos mecanismos explican la evolución y la distribución global de los animales con camuflaje o aposemáticos.

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