Lo que ha presentado recientemente Google DeepMind parece ir más allá de una simple evolución tecnológica. Se trata de Veo 3, un modelo de generación de vídeo que ya ha dejado boquiabierta a la comunidad tecnológica por su realismo y precisión. Álvaro Luzón, experto en IA y divulgador, ha alzado la voz con una advertencia que, aunque pueda parecer alarmista, abre un necesario debate: Esta tecnología puede acabar con la humanidad, no por su capacidad técnica, sino por lo que significa a nivel social y cognitivo.
La herramienta, presentada como un motor al servicio de creadores audiovisuales, va mucho más allá de facilitar la vida a cineastas o publicitarios. Luzón explica que la clave no está sólo en que se pueda producir un cortometraje sin cámaras ni actores. El verdadero problema es que ya no se sabrá distinguir si algo es real o no. Esa duda permanente es lo que va a poner en jaque como sociedad, advierte el experto.
Una nueva realidad
Veo 3 de Google es una revolución en la creación de imágenes.
Diseñado por Google DeepMind, Veo 3 no se limita a generar imágenes. Puede recrear escenas complejas con control de cámara, añadir o eliminar objetos y hasta mantener la coherencia de personajes en diferentes planos. Lo más llamativo es su capacidad para integrar sonido ambiental, efectos e incluso diálogos, todo generado artificialmente.
Además, incorpora funciones como outpainting para expandir el marco de una escena, motion control para definir el movimiento de los elementos o style matching, que permite replicar una estética visual a partir de una imagen de referencia. La colaboración con el director Darren Aronofsky en el proyecto Primordial Soup no hace sino reforzar su posicionamiento como una herramienta disruptiva para la narrativa audiovisual.
Un futuro donde nada es lo que parece
Los chats de inteligencia artificial son cada vez más humanos.
Aunque esta sofisticación técnica abre un abanico infinito de posibilidades en el mundo creativo, el uso de esta tecnología también plantea sus riesgos, como la manipulación cognitiva. Luzón recupera una idea central del libro ‘La Era de la Inteligencia Artificial’, donde se plantea que tecnologías como Veo pueden ser instrumentalizadas por élites para manipular la percepción colectiva. “No es ciencia ficción. Ya vivimos pegados a algoritmos que nos dicen qué leer, qué ver, qué pensar... Esto sólo refuerza esa dependencia”, alerta.
El experto insiste en que la solución no pasa por rechazar la IA, sino por mantener el pensamiento crítico afilado. Usa la tecnología como herramienta, no como prótesis mental. Externalizar el cerebro a la IA puede parecer cómodo, pero nos vuelve vulnerables. En este sentido, llama a mantener un contacto constante con lo humano, con el error, con lo real, porque “nuestra esencia va a ser más importante que nunca”, concluye.


