Sergio López, CEO de Hiberus: “Lo que marca la diferencia ahora no es quién sabe usar la inteligencia artificial, sino quién sabe hacerle las preguntas adecuadas”

Negocios digitales

Sergio López es el CEO de Hiberus

Sergio López es el CEO de Hiberus

Sergio López

Sergio López, CEO y fundador de la empresa tecnológica Hiberus, lo tiene claro: “En la era de la inteligencia artificial, no ganarán los más inteligentes. Ganarán los más listos”. Una verdad cada vez más reconocida en el sector: dominar la IA no consiste en conocer su funcionamiento técnico, sino en saber interactuar con ella estratégicamente.

La clave no está en saber usar IA, sino en saber interrogarla

El truco está en hacer la preguntas apropiadas.

El truco está en hacer la preguntas apropiadas.

Canva

El talento ya no se mide por saber programar o manejar una interfaz, sino por la capacidad de conectar puntos, enfocar con propósito y hacer que las cosas ocurran. Desde la visión de este profesional, la IA es una aliada poderosa, pero literal. No interpreta, no adivina, no empatiza. Y por eso mismo, como apunta la guía de Undetectable AI, una plataforma especializada en mejorar la interacción humano-máquina, la precisión en las preguntas determina la calidad de las respuestas. Por lo que el valor añadido ya no lo aporta tanto la herramienta, sino la persona que sabe qué preguntar, cómo y para qué. Porque los algoritmos, por muy avanzados que sean, no piensan por nosotros.

En el mundo empresarial, especialmente en el tecnológico, esto se traduce en un cambio de paradigma. Ya no basta con adoptar IA en los procesos internos. Hay que educar a los equipos para que sepan comunicarse con ella eficazmente. Según el propio López, quien domine el arte de preguntar (ya sea para resolver un problema técnico o para tomar decisiones estratégicas) tendrá una ventaja competitiva clara.

Y no se trata sólo de tener buena intuición. Existen principios básicos que marcan la diferencia entre una consulta eficaz y una que genera ruido. Por ejemplo, estructurar las preguntas con claridad, aportar contexto suficiente o definir el tipo de respuesta deseada. Para las empresas, este matiz implica entrenar nuevas habilidades en sus equipos: desde redactar prompts hasta traducir objetivos de negocio en consultas útiles para la IA.

Lee también

Ahora los recursos están al alcance de todos. La tecnología ya no es una barrera. Está democratizada. Lo que marca la diferencia es cómo se usa. Y ahí entra el criterio humano. Un criterio que se entrena, se afina y se cultiva, igual que cualquier otra habilidad profesional. Los perfiles más demandados no serán necesariamente los que dominen herramientas técnicas complejas, sino los que sepan pensar en términos de sistemas, aplicar pensamiento lateral y traducir ideas abstractas en instrucciones claras para una IA. La ventaja competitiva de hoy está en saber aplicar la IA con propósito. Saber usar la tecnología no es suficiente. Saber dirigirla, preguntarle lo correcto y extraer de ella su mejor versión… eso sí que marca la diferencia.

Etiquetas
Mostrar comentarios
Cargando siguiente contenido...