María Emilia Reale, profesora: “Nacer en la era digital no significa saber navegar en ella, crecer con pantallas no garantiza ni el pensamiento crítico ni la comunicación efectiva”
Nativos digitales
Una docente advierte sobre los mitos de los ‘nativos digitales’ y el peligro de confundir uso con comprensión crítica
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María Emilia Reale es profesora
El término “nativos digitales”, acuñado por el escritor Mark Prensky, define que las nuevas generaciones nacen con una especie de sabiduría digital integrada. Sin embargo, ha encontrado la horma de su zapato, ya que profesionales de la enseñanza le contradicen. “Nacer en la era digital no significa saber navegar en ella”, asegura con firmeza la profesora María Emilia Reale, quien desmonta con evidencias científicas la extendida creencia de que los niños de hoy, por el simple hecho de haber crecido entre pantallas, dominan la tecnología de forma innata. La docente advierte que se trata de “una invención social que llevó a la falsa creencia de que los niños nacen con una tablet bajo el brazo, y que saben usarla mejor que los adultos”.
La falsa idea del “nativo digital”
La realidad, según investigaciones actuales, dista bastante de esa fantasía. “El cerebro de un bebé que nació en el siglo XXI no es diferente al de nuestros tatarabuelos en el momento de su nacimiento. Ese cerebro no cambió ni en morfología ni en funcionalidad”, remarca Reale, apelando a datos científicos que sostienen que el cerebro humano “no varió en los últimos 50.000 años”.
Las palabras de María Emilia Reale encuentran respaldo en las afirmaciones del investigador del CSIC José María Bermúdez de Castro. El también director del Centro Nacional de Investigación sobre Evolución Humana sostiene que “el cerebro se formó hace 150.000 años y prácticamente no ha cambiado”. Lo que sí ha evolucionado es la forma en que interactuamos y compartimos el conocimiento.
Según la teoría de la paleobiología, Bermúdez de Castro, recuerda que “la inteligencia no tiene que ver con el tamaño del cerebro, sino con la velocidad en el procesamiento de la información”, una afirmación que desmitifica la idea de que la exposición temprana a dispositivos electrónicos otorga habilidades superiores.
La profesora Reale enfatiza que el pensamiento crítico, la evaluación de fuentes o la comunicación efectiva “necesitan de instrucción y práctica”, no simplemente de estar frente a una pantalla. Uno de los grandes errores del entorno educativo y familiar contemporáneo es suponer que los jóvenes, por ser diestros en redes sociales o videojuegos, saben manejar los entornos digitales con unos valores éticos y morales. “Hay habilidades críticas, como por ejemplo evaluar si la información que leo es fiable, que necesita de instrucción”, afirma Reale. María Emilia Reale hace un recordatorio un tanto incómodo: “crecer con pantallas no garantiza ni el pensamiento crítico ni la comunicación efectiva”.