Vuelve el teléfono fijo: un grupo de padres sustituye los smartphones por teléfonos antiguos para evitar la ansiedad y la depresión en adolescentes

Tecnología e infancia

Los teléfonos fijos vuelven a ser tendencia

Los teléfonos fijos vuelven a ser tendencia

Canva

En un barrio de Portland (Oregón), un grupo de madres y padres ha decidido frenar el acceso de sus hijos a los smartphones con una propuesta tan sorprendente como efectiva: instalar teléfonos fijos en casa. ¿La razón? “Sabemos que los móviles pueden aumentar la ansiedad y la depresión en adolescentes y también acortar su capacidad de atención”, explica Karen Morse, impulsora de la iniciativa y profesional de la salud mental, en declaraciones recogidas por CBS Mornings.

Una alternativa nostálgica con beneficios en la era digital

Su hija, a punto de cumplir los 10 años, pedía insistentemente un teléfono como el resto de sus compañeros. En lugar de ceder ante la presión, Morse instaló una línea fija y animó a otras familias a hacer lo mismo. Lo que comenzó como un experimento terminó convirtiéndose en una red de 15 a 20 hogares conectados por teléfonos con cable, en lugar de pantallas. “Los padres observaron que sus hijos se convirtieron en mejores oyentes y más capaces de mantener una conversación”, pone en valor el reportaje del programa estadounidense. El cambio fue muy significativo tanto en las interacciones telefónicas como cara a cara.

En un artículo del blog australiano Mamamia, una madre describe cómo regalar un teléfono fijo a su hija supuso una revolución en su casa: “Creó una especie de club de conversación. Los niños se llaman entre ellos, se sientan en el sofá y hablan de verdad. Sin emojis, sin filtros, sin efectos”, comenta con orgullo.

La motivación detrás de esta tendencia tiene un trasfondo muy importante. “Perdimos algo sagrado cuando dejamos de hablar con nuestros seres queridos para empezar a hacer scroll sin fin”, afirma la autora del artículo. Esta madre, que lleva años limitando el uso de pantallas en su hogar, explica que sus hijos (de nueve y once años), se han acostumbrado a entretenerse con libros, cartas o incluso un yo-yo antes que con una tablet. No se trata de ser anti-tecnología, sino de ofrecer alternativas reales a los más pequeños. “Si queremos alejarlos de las pantallas, tenemos que abrirles la puerta a experiencias reales”, añade, consiste en establecer normas claras y coherentes con los dispositivos. En su caso, su hija llegó a diseñar tarjetas de contacto en Canva con el número de casa para entregarlas a sus nuevas amigas del campamento.

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Una de las mayores barreras, reconocen muchas familias, no es la tecnología en sí, sino el entorno. “Funciona si todos están de acuerdo, para que tu hijo no se sienta el único diferente”, señalan en CBS Mornings. De ahí que varias familias estén creando clubes informales de “líneas fijas”, donde los niños pueden llamarse sin sentirse excluidos. Lo sorprendente es que la mayoría de los menores aceptan esta opción con entusiasmo, una vez que entienden que los smartphones no están sobre la mesa. 

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