Laura Cuesta, profesora universitaria: “Acuerda con tus hijos no usar ningún dispositivo tecnológico una hora y media o dos horas antes de irse a dormir para asegurar un buen descanso”

Infancia y tecnología

Laura Cuesta es profesora universitaria e imparte Educación Digital para familias y centros educativos

Laura Cuesta es profesora universitaria e imparte Educación Digital para familias y centros educativos

Laura Cuesta

Gestionar el uso de pantallas con los más pequeños se ha convertido en uno de los grandes retos de la crianza actual. Entre móviles, tabletas, consolas y televisores, los niños crecen rodeados de dispositivos digitales que, aunque ofrecen oportunidades educativas, también plantean riesgos si no se utilizan con criterio. Laura Cuesta, profesora universitaria y experta en educación digital para familias y centros educativos, insiste en que “los menores aprenden por imitación” y por eso, el primer paso es ejercer de ejemplo.

“Acuerda con tus hijos no usar ningún dispositivo tecnológico una hora y media o dos horas antes de irse a dormir para asegurarnos un buen descanso”, recomienda Cuesta, consciente de que el uso excesivo antes de acostarse afecta directamente a la calidad del sueño, la atención y el rendimiento académico de los menores. Esta pauta, aunque pueda parecer exigente, es clave para establecer límites saludables.

Rutinas digitales

Cuesta insiste en que el equilibrio empieza con la organización. “Establece una rutina familiar con unos horarios marcados para todas las actividades de los menores, también con el tiempo que va a poder utilizar los dispositivos tecnológicos”, propone. Incluir el uso de pantallas en un marco estructurado (al mismo nivel que las actividades escolares, deportivas o de ocio) permite que los menores entiendan cuándo y cómo pueden usar la tecnología sin convertirla en una fuente de conflicto.

Otra herramienta que sugiere son los espacios libres de pantallas dentro del hogar: “dejar fuera los dispositivos en la mesa durante las comidas o cenas, cuando haya una reunión familiar o de amigos y, muy especialmente, en sus habitaciones”. Así se protege la calidad de las relaciones personales, y también se evita que los dispositivos interfieran en el descanso nocturno.

La guía de la Academia Americana de Pediatría (HealthyChildren.org) coincide con esta recomendación. Sugiere crear un plan familiar de uso de pantallas ajustado a la edad, salud y personalidad de cada niño, y recuerda que todos los menores necesitan al menos ocho horas de sueño, actividad física diaria y tiempo libre de tecnología.

Aprender a usar, no sólo a limitar

El uso excesivo antes de acostarse afecta directamente a la calidad del sueño, la atención y el rendimiento académico de los menores

El uso excesivo antes de acostarse afecta directamente a la calidad del sueño, la atención y el rendimiento académico de los menores

Canva

Más allá del control, el objetivo debe ser educativo. “Pacta unos tiempos de uso de los dispositivos digitales adecuados a la edad y madurez del menor, enseñándoles la importancia del autocontrol y el uso moderado y saludable de la tecnología”, plantea Cuesta. De esta manera, los menores no sólo siguen normas, sino que interiorizan hábitos sostenibles que podrán mantener con el tiempo. El plan familiar también puede incluir la desactivación de notificaciones y el uso del “modo avión” durante la noche.

Lee también

Un aspecto esencial que recalca Cuesta es la necesidad de fomentar actividades no digitales: “Fomenta un ocio saludable con actividades que potencien habilidades personales y sociales en el menor: deporte, juegos o actividades en familia”. No se trata de prohibir por prohibir, sino de ofrecer alternativas atractivas que implique presencia y tiempo compartido refuerza los vínculos familiares y reduce la dependencia tecnológica. 

Mostrar comentarios
Cargando siguiente contenido...