Estupor entre los científicos por la orden de la Casa Blanca que obliga a la NASA a destruir un importante satélite: “Es ilegal”
CIENCIA
Preocupación en la comunidad científica ante el intento de terminar misiones que recogen datos esenciales sobre el cambio climático
La nave espacial de la NASA que puede interceptar un objeto interestelar desconocido que se ha colado en el Sistema Solar a una “velocidad hiperbólicamente excesiva”
Estupor entre los científicos por la orden de la Casa Blanca que obliga a la NASA a destruir un importante satélite: “Es ilegal”
Una reciente decisión de la administración Trump ha provocado una fuerte reacción en la comunidad científica. La Casa Blanca ha instruido a la NASA para poner fin a dos misiones satelitales esenciales en la medición global del dióxido de carbono (CO₂). Estos son los satélites Orbiting Carbon Observatories (OCO), encargados de proporcionar datos críticos sobre las emisiones, las absorciones y la distribución del CO₂ en la atmósfera terrestre.
El mandato, calificado por legisladores y expertos como “potencialmente ilegal”, amenaza con un vacío significativo en la infraestructura global de observación terrestre. La decisión, como era de esperar, ha sido interpretada por muchos como un ataque deliberado contra la ciencia climática.
Datos de alta resolución sobre las emisiones y absorciones de CO₂
Satélites clave para entender el ciclo del carbono
Los satélites OCO, uno de los cuales está acoplado a la Estación Espacial Internacional y otro operando de forma independiente en órbita terrestre, han estado recopilando datos de alta resolución sobre las emisiones y absorciones de CO₂ en diversas regiones del planeta. Esta información ha sido utilizada por científicos climáticos y por sectores productivos como la agricultura y la industria energética para modelar impactos y tomar decisiones estratégicas.
Un informe de revisión interno de la NASA de 2023 calificó la calidad de los datos recopilados como “excepcionalmente alta”. Las observaciones permiten, entre otras cosas, detectar “sumideros de carbono” naturales y fuentes de emisión invisibles desde el suelo, haciendo de los OCO instrumentos clave para cumplir con los compromisos climáticos internacionales y mejorar la precisión de los modelos de predicción climática.
Posibles ilegalidades y oposición
Una decisión sin justificación científica ni económica
La orden de desmantelamiento de los satélites ha sido recibida con incredulidad dentro de la NASA. Según explicó NPR, los empleados de la agencia espacial han recibido instrucciones de preparar un plan detallado para finalizar ambas misiones, lo que incluiría la desorbitación del satélite autónomo, que ardería en la atmósfera terrestre al reingresar.
El físico atmosférico David Crisp, exinvestigador principal del proyecto OCO, relató que fue contactado recientemente por personal activo de la NASA. “Me hicieron preguntas extremadamente técnicas y puntuales. Solo podían estar relacionadas con una orden superior de elaborar un plan de terminación”, explicó. “No tiene ningún sentido económico. Estas misiones devuelven datos de valor incalculable por un costo ínfimo: apenas 15 millones de dólares anuales, frente a un presupuesto total de la NASA de 25.400 millones”, remarcó.
La aparente falta de justificación técnica o presupuestaria para la decisión refuerza las sospechas de motivaciones ideológicas. De hecho, durante su presidencia, Trump ya había intentado reducir sustancialmente el presupuesto del directorado de ciencias de la NASA y desmantelar programas de investigación climática.
La medida, como decimos, ha generado fuertes reacciones en el Congreso estadounidense. La representante Zoe Lofgren (D-CA), por ejemplo, ha advertido que el intento de terminar los programas usando el presupuesto del año fiscal 2025, ya aprobado por el Congreso, podría constituir una violación legal.
“La administración Trump está forzando recortes en su propuesta presupuestaria para el año fiscal 2026 sobre fondos que ya fueron apropiados para 2025. Esto es ilegal. Y más aún: eliminar fondos o reducir la operación de satélites de observación terrestre sería catastrófico. Dañaría gravemente nuestra capacidad para predecir, gestionar y responder a desastres climáticos y meteorológicos”, explicó Lofgren a NPR.
El impacto potencial de esta decisión trasciende los límites de las misiones OCO. De hecho, expertos advierten que el desmantelamiento de estas misiones podría marcar un punto de inflexión negativo para el liderazgo científico de Estados Unidos en la observación terrestre desde el espacio.