Avi Loeb, catedrático de Harvard y cazador de artefactos: “Prefiero arriesgarme a estar equivocado que pasar por alto un evento histórico”

Exploración espacial

Avi Loeb, catedrático de Astronomía en Harvard y exdirector de su departamento, lidera una investigación pionera para detectar indicios de tecnología extraterrestre

Científicos de Harvard advierten de la posibilidad de que un objeto que se aproxima desde más allá del sistema solar sea tecnología alienígena hostil: “Las consecuencias podrían ser nefastas para la humanidad”

Avi Loeb | La VideoContra de Lluís Amiguet

Avi Loeb.

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Un objeto interestelar que no gira como debería. Una expedición al fondo del océano en busca de esférulas metálicas. Un telescopio que escanea el cielo las 24 horas con inteligencia artificial. Puede que todo esto te suene a novelas de Julio Verne, pero en realidad se trata del trabajo diario del astrofísico Avi Loeb, catedrático en Harvard y científico reputado.

Loeb se ha convertido en un rastreador de lo desconocido, empeñado en descubrir señales de tecnología no humana entre las sombras del universo. Aunque está bastante solo en esta búsqueda, lo cierto es que cada cierto tiempo hace nuevos descubrimientos que nos acercan un poco más al conocimiento de vida alienígena.

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La obsesión del catedrático empezó con ʻOumuamua, el primer objeto interestelar detectado en nuestro sistema solar. Su forma alargada, su aceleración inexplicable y la ausencia de cola cometaria le parecieron pistas radicales: ¿y si no era natural? En lugar de cerrarse, Loeb abrió esa puerta de par en par. Su hipótesis —que ʻOumuamua podría ser una vela solar alienígena— hizo que buena parte del mundo científico reaccionara con escepticismo, pero él persistió.

Así, en 2021 fundó el Proyecto Galileo, una iniciativa para aplicar métodos científicos rigurosos a la búsqueda de tecnología extraterrestre. Nada de relatos especulativos: cámaras de alta resolución, telescopios infrarrojos e inteligencia artificial forman una red que clasifica millones de fotogramas con precisión, separando objetos comunes —globos, drones, satélites— de lo verdaderamente anómalo.

Avi Loeb

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Al mismo tiempo, recuperó un caso prácticamente perdido: el meteoro CNEOS 2014‑01‑08, que impactó en el océano frente a Papúa Nueva Guinea. Según sus cálculos, podría haber sido el primer objeto interestelar detectado de origen artificial. Organizó una expedición en busca de fragmentos y encontró esférulas metálicas que considera “dignas de estudio”, aunque buena parte de la comunidad científica ha respondido con escepticismo, sugiriendo que podrían no ser interestelares o simplemente ser residuos.

Y, como si todo lo anterior no bastara, en julio de 2025 Loeb volvió a acaparar titulares. El nuevo objeto interestelar 3I/ATLAS, detectado el 1 de julio y confirmado en menos de un día como de origen exterior al sistema solar, presentó una trayectoria inusual. 

La ciencia avanza así: haciendo preguntas valientes

Avi Loebcatedrático de Harvard y cazador de artefactos

Junto a su equipo planteó —con cautela— que podría tratarse de una sonda alienígena con trayectoria planificada. “No decimos que lo sea”, aclaró Loeb, “decimos que deberíamos investigarlo como si pudiera serlo. La ciencia avanza así: haciendo preguntas valientes”.

A pesar de sus grandes titulares, el científico no es un marginal: ha dirigido el Departamento de Astronomía en Harvard y ha colaborado con la NASA, la Fundación Breakthrough y el Foro Económico Mundial. Pero su insistencia en tratar los OVNIs —ahora UAPs— como un fenómeno digno de estudio científico le ha situado en una posición incómoda, entre el respeto institucional y la etiqueta de “hereje cósmico”.

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Él, sin embargo lo acepta con serenidad: “Prefiero arriesgarme a estar equivocado que pasar por alto un evento histórico.” Así, mientras gobiernos desclasifican informes y sensores abundan, Loeb sigue escaneando cielo y mar buscando las huellas de tecnología no humana. 

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