“Si te fijas en esto al comprar un móvil, estás perdiendo tiempo y dinero”: las marcas quieren seducirte con 'supercaracterísticas' que no usarás nunca
Gadgets
Las marcas deben justificar el lanzamiento de un nuevo modelo cada año, lo cual hace que vayan introduciendo pequeñas funcionalidades que probablemente nunca has usado ni usarás
“Me aparecen muchos anuncios de maquillaje en los días anteriores a la regla, cuando estoy más insegura de mi aspecto”: las apps menstruales pueden facilitarte la vida, pero ponen en riesgo tus datos más sensibles
A la hora de comprar un móvil, hay características que no nos deberían influir.
Sé que este artículo puede generar debate, porque hay usuarios para todos los gustos, y lo que unos usan con frecuencia, otros ni sabían que lo tenían. Pero voy a intentar ponerme en la piel del usuario medio, sin irme al extremo del frikismo tecnológico ni al del que solo usa WhatsApp y redes sociales.
Nos da la sensación de que las marcas van por un lado y la sociedad por otro. Tienen necesidades distintas. Las grandes compañías, presionadas por el calendario, tienen que justificar el lanzamiento de un nuevo modelo a base de añadir pequeñas mejoras o nuevas características que lo hagan más atractivo: más rendimiento, mejor calidad de las cámaras, algún botoncito, alguna nueva característica física, etcétera. Sin embargo, en la práctica, las diferencias entre un modelo y el siguiente no suelen ser muchas. Por eso no hay que descartar la opción de un modelo del año anterior. Incluso se puede hasta valorar uno reacondicionado.
En los smartphones, hay características que están ahí, pero que, si no estuvieran, nadie las echaría de menos. Por tanto, no las suelo tener en cuenta a la hora de valorar la compra de un móvil.
Están ahí, pero...
Funciones que nunca he usado
Carga inalámbrica inversa. Es decir, la capacidad que tienen algunos teléfonos de gama alta de proporcionar carga inalámbrica a otros móviles. Las pocas veces que he intentado usar esta función, ha terminado en fracaso. Para hacer esto, se tienen que alinear varios planetas. Los móviles, no nos engañemos, no son power banks.
En primer lugar, tienes que activar la función (oculta como una comadreja entre los menús de configuración), poner tu móvil boca abajo y no tocarlo. Luego hay que colocar el dispositivo con poca batería sobre tu móvil, en el punto exacto donde se produce la magia, y empezará la transfusión. Lenta. Muy lenta.
Un teléfono tomando carga inalámbrica de otro.
Ahora, la cuestión es no tocar ninguno de los dos aparatos durante al menos 20 o 30 minutos, para que se haya podido cargar al menos un 15 o un 20%. ¿Aguantaréis todo este rato sin mirar el móvil? Además, ten en cuenta que la batería que gane un dispositivo la va a perder el otro, así que, en breve, la otra persona necesitará cargar. Y luego está la situación incómoda de pedir el favor: “Hola, ¿te importaría estar media hora o más sin tocar ni mirar tu móvil?”.
Lo que es innegable es su utilidad para casos de emergencia, en los que tengas que estar localizable, estés esperando una llamada o un mensaje y no te puedas permitir quedarte sin batería. Y, si te encuentras en esta situación, plantéate si te ha faltado previsión o si te conviene llevar siempre un cable de carga o una batería externa. Así, le puedes pedir a cualquiera que te deje conectarte a tu móvil por cable, que es más fácil y no se lo secuestras tanto.
La batería que gane un móvil la va a perder el otro, así que, en breve, quien necesitará cargar vas a ser tú
El refresco de pantalla de 120 Hz. Otra utilidad que ensalzan a bombo y platillo son los fotogramas por segundo (FPS) a los que se mueven las imágenes de una pantalla. Cuantos más hercios o FPS, más fluidez tendrán las transiciones y los movimientos de los menús, así como los juegos y los vídeos que veas. Quizá soy yo, pero, sinceramente, mis ojos son incapaces de detectar la diferencia entre uno y otro. De hecho, el cine se suele rodar a 24 fotogramas, iPhone estuvo muchos años manteniendo una tasa de refresco de 60 Hercios y en YouTube no recuerdo haber visto ningún vídeo que pase de 60. Y lo más importante: el ojo humano no tiene capacidad de asimilar mucho más allá de 60 imágenes por segundo, aunque es probable que el cerebro note una sutil mejora en la fluidez. Entonces, ¿es realmente necesario poner la pantalla a 120 Hz si no lo vamos a apreciar?
Recuerdo, hace años, cuando me enseñaban las diferencias entre un móvil a 60 Hz y otro a 90 o 120, que todos repetíamos “¡Oh, sí, qué fluidez, qué diferencia!”. Pero muchos pensábamos lo mismo: en el uso cotidiano real no se nota tanto, y menos, si no tienes un móvil de 120 al lado para comparar.
En la práctica, no se nota tanto, y menos, si no tienes un móvil de 120 Hz al lado para comparar.
Los “colores exclusivos”. Mucha gente se pone a dudar sobre si se lleva el móvil de un color o de otro, para luego comprarle “la funda más molona”, que solo deja a la vista las cámaras y la pantalla. Os felicito a todos.
¿Realmente es tan importante tener un color u otro? Recuerdo cuando Apple sacó una línea especial y limitada de color rojo hace unos años, mientras que otras marcas ofrecen tal o cual modelo en un color exclusivo de la tienda oficial. Es de lo más lícito comprarse el color que más le guste a uno, pero en mi caso no es un factor decisivo, a menos que se le ponga una funda transparente, que en unos meses será completamente amarilla.
Al final, ni te acuerdas de qué color era tu móvil.
La extrema delgadez. La guerra actual entre las marcas es por ver quién fabrica el móvil más delgado, especialmente entre el terreno de los plegables, pero también ha llegado la fiebre a los smartphones convencionales.
Es una característica interesante, pero las cámaras necesitan espacio para sus ópticas, o sea que los módulos de cámara no van a estar a ras de superficie, sino que van a sobresalir, con lo cual, nos cargamos la delgadez. Entre los smartphones ladrillo y los ultrafinos hay un gran abanico de posibilidades. Es probable que muchos se sientan atraídos por esta nueva tendencia, pero si ello supone perder funciones o pagar más, no creo que me decida por un móvil ultrafino.
La linterna del móvil es una de las funciones que terminan siendo más útiles.
Las cámaras necesitan espacio para sus ópticas, o sea que los módulos de cámara no van a estar a ras de superficie
Almacenamiento descomunal. Como en todo, hay un término medio. Nunca me fijo en los móviles que tienen un terabyte de almacenamiento, ya que son la opción más cara. El último móvil que compré, un iPhone reacondicionado, lo elegí con 256 GB de almacenamiento, que es la capacidad más equilibrada con respecto al precio. Si grabas muchos vídeos en 4K o tienes el dedo ligerito y para cada foto haces 10 o 20 disparos, está claro que vas a tener que vaciarlo tarde o temprano, tengas el almacenamiento que tengas.
Hay gente que usa el móvil como repositorio de todos sus recuerdos, sin tener ninguna copia en la nube o en un disco duro. Y cuando le roban el móvil, viene el drama: “No es por el móvil, es por las fotos que tenía...”. Esto es para acabar concluyendo que da igual la capacidad de tu smartphone si no te haces ninguna copia de seguridad, porque es un riesgo absurdo y al final vas a tener que liberar espacio algún día. Y, si te haces la copia de seguridad, también da igual la capacidad del dispositivo, porque tus fotos estarán en otro sitio, las puedes borrar todas y volverás a tener toda la capacidad.
A la hora de comprar un móvil, hay características que no nos deberían influir.
Mi recomendación es que hagas una pequeña inversión en un disco duro de red (tipo Synology o QNAP, que se conectan al router). Estos aparatos (conocidos como NAS) tienen aplicaciones para el móvil que tú puedes configurar para que todo lo que grabes o fotografíes se suba automáticamente a tu disco duro de red.
Cada fin de año me abro una carpeta en el NAS que se llama “Fotos del año tal” y, sin yo tener que preocuparme, cada vez que grabo un vídeo o una foto, sé que la tendré almacenada en casa y que si me roban el móvil no habré perdido el contenido.
Si te pasas el día haciendo fotos, necesitarás una solución de copia de seguridad automática.
Funciones perdidas
Qué echo en falta
La necesidad de espacio en un móvil ha ido quitándole funciones que antes eran generalizadas y que ahora, cada vez, se ven menos, porque los componentes físicos ocupan demasiado. Un ejemplo claro es el puerto de auriculares, que fue desapareciendo de los teléfonos hasta la extinción. Según las marcas, no está justificada su inclusión porque la mayoría usan auriculares bluetooth. Sin embargo, muchos usuarios se beneficiarían del mejor sonido de unos buenos auriculares cableados, ya que la máxima calidad de sonido suele obtenerse conectándolos por cable.
Además, la extinción del agujero para minijack es un obstáculo para la incorporación de la radio FM, una característica que también ha desaparecido. ¿Podría un móvil tener radio FM sin usar un cable de auriculares como antena? Pues claro que sí, hay algunos modelos que tienen antena interna. Sin embargo, poner una antena interna en un teléfono es algo molesto que las marcas han preferido eliminar de un plumazo: les resultaba incómodo.
Muchos usuarios todavía prefieren escuchar la música con cable.
La extinción del agujero para minijack es un obstáculo para la incorporación de la radio FM, una característica que también ha desaparecido
Por último, todavía hay mucha gente que ve práctico el uso de la tarjeta de expansión de memoria, que hace años tenían muchos móviles, y ahora cada vez se ven menos. Volvemos a lo mismo: ocupa demasiado espacio en el teléfono. Además, las marcas saben que si le puedes poner una tarjeta microSD, ¿para qué vas a comprar el de máxima capacidad?
Hacer que las fotos se guarden en la tarjeta es muy práctico para cuando quieres cambiar de móvil, e incluso para pasarlas al ordenador. Sin embargo, dejadme reiterar que si una gaviota se lleva tu móvil, te has quedado sin móvil, sin tarjeta y sin fotos.