Michio Kaku, físico teórico, 78 años: “El próximo gran hito de la IA será aplicar ingeniería inversa al cerebro humano; la mente es una red eléctrica, y si entendemos su cableado, podremos recrearla”
Inteligencia Artificial
El físico teórico Michio Kaku plantea que el verdadero salto de la inteligencia artificial llegará cuando logremos descifrar y replicar el funcionamiento del cerebro humano, célula a célula
La humanidad está en manos de Demis Hassabis: el genio que ganaba al ajedrez con 4 años y que está a punto de resolver el enigma de la inteligencia humana
Michio Kaku, físico teórico.
Cuando Michio Kaku habla, el mundo científico escucha. A sus 78 años, el físico teórico se ha convertido en uno de los divulgadores estrella de la ciencia contemporánea. Porque no solo investiga, sino que es capaz de adelantarse décadas para saber lo que está por llegar.
Ahora, Kaku se ha metido de lleno en la reflexión sobre la IA. En una entrevista para la BBC, ha lanzado recientemente una advertencia: “El próximo gran hito en la historia de la inteligencia artificial será aplicar una ingeniería inversa al cerebro humano”. Ese es, según él, el camino inevitable para pasar de una inteligencia artificial limitada a una verdaderamente consciente, general y humana.
Porque, según Kaku, ahora mismo existe una barrera clara entre IA y humanos. “No pueden amar, no pueden comprender lo que significa ser humano, ni siquiera saben que existen”, advierte. Por eso, el verdadero salto cualitativo no vendrá de aumentar el número de parámetros de los modelos lingüísticos o de mejorar su capacidad de imitación, sino de comprender —y reproducir— el funcionamiento interno del cerebro humano.
A esto se refiere con “ingeniería inversa”: estudiar cómo funciona el cerebro, célula por célula, sinapsis por sinapsis, y replicarlo digitalmente. No se trata solo de simular su estructura, sino de entender los procesos que generan pensamiento, emoción y conciencia. En palabras de Kaku, “la mente humana es una red eléctrica viviente, y si entendemos su cableado, podremos recrearla”.
Michio Kaku.
Este ambicioso objetivo no es nuevo, pero ha adquirido una renovada urgencia. Proyectos como el Human Brain Project en Europa o el BRAIN Initiative en Estados Unidos llevan años intentando mapear la actividad cerebral con tecnologías cada vez más precisas. Sin embargo, como señala Kaku, seguimos muy lejos de entender la conciencia. “No basta con saber dónde están las neuronas; hay que comprender lo que hacen juntas”, ha dicho.
En su libro La física del futuro, publicado hace más de una década pero sorprendentemente vigente, ya anticipaba que hacia mediados del siglo XXI podríamos ver los primeros resultados de esta ingeniería inversa aplicada a animales, y quizá más adelante, a humanos. Hoy, en 2025, su predicción cobra fuerza. La computación neuromórfica, los modelos de aprendizaje profundo inspirados en el cerebro y las técnicas de imagen cerebral avanzan a ritmo vertiginoso.
El cerebro es el objeto más complejo del universo conocido. Comprenderlo será el mayor logro de la ciencia... y el primer paso hacia una nueva forma de inteligencia
Una de las ideas clave que Kaku plantea es que lo que hoy llamamos “inteligencia artificial” es, en muchos casos, una etiqueta optimista. Como advertía también el ensayo No es IA todo lo que deduce, muchos sistemas que usamos no entienden realmente lo que procesan: simplemente aplican reglas estadísticas sobre grandes volúmenes de datos. “Confundir correlación con comprensión es el gran autoengaño de esta década”, explica.
Este punto es clave para entender por qué la visión de Kaku no es solo teórica. La ingeniería inversa del cerebro busca precisamente superar este límite. No se trata de crear máquinas más rápidas o precisas, sino de construir sistemas que comprendan, aprendan como lo hacemos los humanos y, eventualmente, sean capaces de conciencia subjetiva.
Porque, como recuerda Kaku, “el cerebro es el objeto más complejo del universo conocido. Comprenderlo será el mayor logro de la ciencia... y el primer paso hacia una nueva forma de inteligencia”.