La inteligencia artificial no solo está transformando la forma en que las empresas producen. También empieza a poner sobre la mesa un debate mucho más profundo: ¿cuánto tiempo será realmente necesario trabajar en el futuro? Para algunos de los principales líderes tecnológicos del planeta, la respuesta es clara: no serán cinco días a la semana... y ni siquiera cuatro.
Mientras en gobiernos como el de España se vuelven locos incluso para gestionar una nueva jornada laboral de un par de horas menos, los CEOs comienzan a alzar la voz por una que sea de apenas tres días.
El consejero delegado de Zoom, Eric Yuan, fue uno de los primeros en pronunciarse con contundencia. En una entrevista con The New York Times, el empresario sostuvo que si la inteligencia artificial logra automatizar la mayoría de las tareas rutinarias, “no tiene sentido que sigamos trabajando cinco días a la semana”. En sus propias palabras: “Si la IA puede mejorar nuestras vidas, ¿por qué deberíamos trabajar cinco días? Todas las empresas acabarán apoyando semanas de tres o cuatro días, y eso liberará tiempo para todos”.
La idea no es aislada. Bill Gates ya apuntó algo parecido en una conversación con Trevor Noah en 2023, cuando reflexionó sobre cómo la automatización cambiará los fundamentos de la productividad: “Si llegamos a una sociedad en la que solo tengamos que trabajar tres días a la semana, probablemente esté bien”. Para el cofundador de Microsoft, la clave no está tanto en el riesgo de que la IA sustituya empleos, sino en que el trabajo humano pueda centrarse en lo que realmente requiere creatividad, juicio o empatía.
Bill Gates, filántropo.
La IA va a liberar una enorme capacidad de trabajo. La cuestión no es si seremos más productivos, sino cómo vamos a reorganizar ese tiempo
Incluso Jensen Huang, consejero delegado de NVIDIA, la compañía que más se ha beneficiado del auge de la inteligencia artificial, ha señalado que los cambios pueden ser drásticos. Aunque suele hablar de semanas de cuatro días, admite que la productividad que aportan los modelos generativos hará posible acortar las jornadas: “La IA va a liberar una enorme capacidad de trabajo. La cuestión no es si seremos más productivos, sino cómo vamos a reorganizar ese tiempo”, declaró en una conferencia recogida por ITPro.
El debate no se limita a declaraciones visionarias. En distintos países ya se han probado modelos de cuatro días semanales con resultados positivos. En Islandia, por ejemplo, un ensayo entre 2015 y 2019 mostró que la productividad no se resentía y que la satisfacción de los trabajadores aumentaba. Y en España, varias empresas piloto han ensayado semanas reducidas con el respaldo del Ministerio de Industria. Más allá de que corramos el riesgo de “ser sustituidos”, de momento, la inteligencia artificial promete multiplicar la eficiencia de manera exponencial. Y no nos queda otra que adaptarnos.
Aun así, los expertos advierten de que una semana laboral de tres días podría exacerbar desigualdades entre sectores. Mientras que en tecnología, consultoría o finanzas la automatización puede reducir drásticamente la carga de trabajo, en ámbitos como la sanidad, la educación, la hostelería o la logística la presencia humana seguirá siendo insustituible.
Además, también existe el riesgo de que la reducción de días se traduzca en jornadas más intensas y comprimidas, con efectos contraproducentes sobre la salud mental. Y, claro está, se corre un riesgo económico: ¿se mantendrán los salarios con menos horas trabajadas? ¿Cómo se repartirán los beneficios de la productividad extra que aporte la IA? En este sentido, tanto Gates como Huang insisten en que los gobiernos deberán adaptar las legislaciones laborales y fiscales para que el tiempo libre ganado no se convierta en precariedad.



