Para Ignacio Chicharro (Málaga, 1995), la inteligencia artificial no es un fantasma que recorre el mercado laboral, sino una corriente capaz de impulsar a los desarrolladores hacia una etapa más creativa y exigente. Nacho, como prefiere que le llamen, ha vivido de primera mano cómo la IA transforma sectores enteros, convirtiendo tareas mecánicas en procesos de diseño y aspirando a que el trabajo deje de ser poner ladrillos para convertirse en levantar edificios.
Ingeniero informático por la Universidad de Málaga y jefe de desarrollo técnico en Medida, defiende que la IA no viene a sustituirnos, sino a abrir puertas a nuevas formas de profesionalización y a potenciar el talento humano. En el marco del evento WeyWeyWeb, celebrado en Málaga este mes de noviembre, reflexiona sobre cómo la IA puede endurecer la entrada al mercado laboral para los perfiles junior, aunque insiste en que los desarrolladores seguirán siendo indispensables.
En tu presentación has defendido que los desarrolladores deben tener la mente abierta para integrar la IA como una herramienta más, que no es una amenaza, sino algo que viene ayudarles. ¿Podrías resumir los puntos principales?
La comunidad de desarrollo está muy polarizada y, mientras algunos rechazan totalmente la IA, otros la ven como la solución a todo. Yo creo que no es ni lo uno ni lo otro. La IA debe entenderse como una herramienta más, útil para decidir qué librerías usar o incluso para escribir código, pero siempre bajo la responsabilidad del desarrollador. La idea es no odiarla ni adorarla. No hay que tener miedo a usarla, pero se debe hacer con criterio.
¿Crees que la IA facilita el acceso al mercado laboral para quienes comienzan o lo endurece?
Para mí lo endurece. Antes había un boom tecnológico y se necesitaban muchas manos, pero ahora la barrera de entrada es más alta porque ya existen herramientas que escriben código. El rol de desarrollador tiene que seguir avanzando y no centrarse solo en escribir código. No basta con copiar y pegar, hay que diseñar y entender muy bien lo que se hace. Eso complica la entrada, aunque también ayuda a profesionalizar y elevar la calidad del trabajo.
Siempre harán falta desarrolladores, porque la interacción humana sigue siendo clave para traducir lo que un cliente quiere en un producto real
¿Cómo crees que evolucionará el mercado laboral de los desarrolladores junior? Muchos sienten incertidumbre porque lo que aprenden hoy puede quedar obsoleto en pocos años.
Tiene aspectos positivos y negativos. La IA puede reducir la necesidad de gente en ciertas tareas, lo que complica la entrada de los júniors. Pero siempre harán falta desarrolladores, porque la interacción humana sigue siendo clave para traducir lo que un cliente quiere en un producto real. A ver, entiendo la incertidumbre, vemos despidos en grandes empresas y mensajes de que la IA sustituirá al desarrollo de software. Mi opinión es que la tecnología siempre ha cambiado y seguirá cambiando, pero eso no significa que el desarrollo vaya a desaparecer. Siempre habrá hueco para quienes sigan aprendiendo y adaptándose.
¿Qué opinión te merece el vibe coding? ¿Tiene algo de realidad o trivializa el oficio de programador?
Sí, lo trivializa. En redes sociales vemos a adolescentes diciendo que han creado automatizaciones increíbles con IA que generan dinero o ahorran tiempo, pero muchas veces es puro titular, clickbait o incluso ragebait. El problema es que mucha gente no entiende cómo se construye software de verdad. El vibe coding deja huecos que la IA rellena, y esos huecos suelen convertirse en agujeros de seguridad. Construir buen software es difícil y requiere conocimiento profundo, no basta con un prompt.
IMG_5687Ignacio Chicharro en su ponencia para WeyWeyWeb.
Relacionando esto con la entrada de perfiles júnior al mercado, ¿crees que las empresas deberían tener planes para incorporar talento más allá de automatizar tareas básicas, o el mercado se regulará solo expulsando a quienes no encajen?
Es complicado. Las IAs tienen limitaciones como la ventana de contexto y las alucinaciones, que generan resultados incoherentes. Por eso, tanto las empresas como el mercado deben asumir que no se puede prescindir de la labor humana. La IA aporta beneficios, pero sin personas no hay productos ni clientes. Además, no todo lo que se vende en internet es real, dado que muchas automatizaciones no son tan buenas como parecen. Ambos actores, tanto las empresas como los mercados, deben contribuir a que la industria siga siendo humana. No solo por la calidad del software sino también por la sostenibilidad de la propia industria a largo plazo.
¿Tenéis algún plan así en Medida?
Sí, utilizamos IA para que complemente al humano, no para que lo sustituya. Buscamos que colegas y clientes sean más eficientes gracias a ella, pero siempre poniendo al humano en el centro.
Pero entonces, como empresa que apuesta por estas automatizaciones, ¿tenéis algún programa para incorporar talento nuevo y formarlo en vuestras herramientas?
Contamos con un departamento de aprendizaje y desarrollo que crea cursos y formaciones para empleados. La integración de la IA es relativamente reciente, pero estamos trabajando para que los equipos se familiaricen con ella, la usen de forma responsable y la aprovechen como herramienta para generar más valor.
¿Crees que esto es algo común en tu campo de trabajo en España, el uso de IA para mejorar el producto?
Sí, definitivamente. En tecnología todas las empresas quieren subirse al carro de la IA y buscan cómo integrarla en sus flujos de trabajo. Eso a veces implica contratar menos, pero también hacer más con los equipos existentes. Ahora mismo todo el mundo quiere exprimir la IA y sacarle valor, aunque muchas veces resulta difícil y sobre todo, abstracto. No siempre funciona como se espera ni es siquiera necesario.
Muchas compañías se suben al carro porque ven a gigantes como Google o Amazon hacer cosas con IA
¿Crees que esto sucede más por miedo a perderse la ola tecnológica que por necesidad real? ¿Tienen “FOMO” las empresas?
Sin duda. Muchas compañías se suben al carro porque ven a gigantes como Google o Amazon hacer cosas con IA. El problema es que no siempre tiene sentido hacerlo ni tratar de aplicarlo. Hace falta tener perfiles adecuados que sepan discernir si realmente conviene usarla o si no aporta valor y va a ser un malgasto de tiempo y recursos.
En Europa, países como Lituania, Polonia o República Checa están apostando fuerte por industrias como ciberseguridad, comercio electrónico o la automatización de sectores tradicionales. ¿España está haciendo lo mismo?
Honestamente, no. España está llegando tarde al carro de la tecnología y no está haciendo el esfuerzo suficiente para atraer talento ni impulsar estas industrias. Yo creo que España tiene muchos deberes por hacer en cuestión de tecnología.
Si te proyectaras al futuro, ¿crees que las empresas españolas se resentirán en productividad y competitividad respecto a sus homólogos europeos?
Si no se hacen las cosas adecuadas, sí, desde luego.
Tu carrera se ha desarrollado casi totalmente en Málaga, lo cual no es lo habitual. ¿Fue una decisión consciente? ¿Valoraste trabajar fuera y volver con más experiencia?
En la facultad siempre escuché que para trabajar de lo tuyo había que irse fuera, a Alemania, Reino Unido o Estados Unidos. Lo valoré, claro, porque todos soñamos con Tesla, Google o Facebook. Pero me gusta mucho mi ciudad, mi familia y mis amigos están aquí. Aposté por el esfuerzo del PTA de Málaga y empecé en empresas locales, hasta que pude dar el salto a una internacional con mejores condiciones, pero siempre desde Málaga.
¿Cómo crees que las empresas españolas pueden competir para retener a un desarrollador senior?
El principal problema es la diferencia salarial. En tecnología la competencia es feroz y el trabajo remoto facilita que empresas extranjeras ofrezcan mejores sueldos y condiciones. Yo valoro la estabilidad y el trabajo en equipo, pero muchos cambian de empresa por esas ventajas. Las compañías deben entender que los productos tecnológicos generan grandes beneficios y esos beneficios deben compartirse. No se trata de hacernos millonarios, sino de pagar sueldos acordes al mercado y ofrecer buenas condiciones como trabajar en remoto o híbrido. Probablemente, así no se iría tanta gente.



