Reid Hoffman, fundador de LinkedIn: “La IA sin frenos éticos podría ser nuestra ruina, es la tecnología más transformadora que la humanidad ha inventado”
Inteligencia artificial
El empresario defiende el desarrollo acelerado de la inteligencia artificial, pero reclama normas claras y supervisión pública para evitar daños laborales y sociales
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Reid Hoffman, fundador de LinkedIn.

Reid Hoffman, cofundador de LinkedIn, miembro de la junta directiva que creó PayPal y socio de a16z, es uno de los principales impulsores de la inteligencia artificial generativa. Sin embargo, también es una de las voces que más insisten en establecer límites éticos y regulatorios, algo que no está sentando demasiado bien entre sus colegas.
Si bien cuenta con un discurso apocalíptico que es muy similar al de Sam Altman, Elon Musk o Jensen Huang, Hoffman va más allá, intentando poner soluciones a la deriva de IA a la que se está llegando en los últimos años.

“La IA será la tecnología más transformadora que la humanidad haya inventado, pero sin barandillas éticas podría destruirnos”, cuenta Hoffman en su propia red social. Para Hoffman, el objetivo es maximizar beneficios económicos —como mayor eficiencia y acceso a herramientas avanzadas para empresas y trabajadores— sin comprometer la estabilidad laboral ni la integridad informativa. En un pódcast de a16z, el empresario insistió: “Debemos invertir en IA de manera responsable; el optimismo no significa imprudencia”.
Las implicaciones de sus propuestas abarcan ámbitos centrales de la política tecnológica actual. En empleo, Hoffman subraya la importancia de anticipar la automatización con programas de formación y reconversión profesional. En privacidad, pide marcos más claros sobre el uso de datos para entrenar modelos. En regulación, destaca el papel de organismos públicos y privados para definir evaluaciones de riesgo y sistemas de supervisión. Y en cultura empresarial, reclama que las compañías integren principios éticos desde el diseño de sus productos.
El enfoque de Hoffman no pretende resolver el debate, pero sí situarlo en parámetros verificables. Saber de cuánta inversión estamos hablando, cuál es su impacto económico, y cómo afecta a la seguridad, transparencia y regulación. Su presencia en la industria convierte sus advertencias y recomendaciones en un punto de referencia para entender cómo Estados Unidos equilibra innovación y responsabilidad en la carrera global por la IA.

