El movimiento era un rumor insistente en Silicon Valley, pero ya es oficial: Denise Dresser, hasta ahora CEO de Slack, cuelga la chaqueta para ponerse la de Chief Revenue Officer de OpenAI (es decir, quien establece la estrategia de generación de ingresos). Lo hace en un momento clave para la compañía creadora de ChatGPT, que busca consolidar su negocio empresarial, ahora que el grueso de la población occidental lo está adoptando como uno más de la familia.
La noticia, adelantada por Wired y confirmada posteriormente por OpenAI, supone un cambio de rumbo significativo en la carrera de Dresser. Tras 14 años en Salesforce y un año al frente de Slack, ahora reportará directamente a Brad Lightcap, director de operaciones de OpenAI, con el objetivo de escalar una plataforma que la propia empresa define como “la de crecimiento más rápido de la historia”.
Denise Dresser, nueva directiva de OpenAI
Un perfil acostumbrado a grandes transformaciones
Dresser aterriza en OpenAI con un historial de proyectos complejos. En Salesforce lideró grandes equipos de ventas globales y gestionó cuentas estratégicas a escala multinacional. En Slack asumió el timón en un momento delicado, en una etapa que sufrió importantes fugas de talento, choques culturales y una reorganización interna profunda.
Su paso por la empresa dejó huella. Durante su mandato, Slack aceleró el despliegue de funciones basadas en inteligencia artificial —como resúmenes automáticos de reuniones y nuevas integraciones con agentes de Salesforce—, con las que intentó mantener el atractivo de la plataforma frente a rivales como Microsoft Teams.
Ahora Dresser se lleva esta experiencia OpenAI, donde parece que tendrá buen encaje. “Estamos en un camino para poner herramientas de IA en manos de millones de trabajadores, en todas las industrias”, afirma Fidji Simo, CEO de Aplicaciones de OpenAI. “Denise ha liderado este tipo de transición antes, y su experiencia nos ayudará a hacer que la IA sea útil, fiable y accesible para todas las empresas”.
Denise Dresser llega a OpenAI para encargarse de generar ingresos.
El contexto: la IA ya no es un experimento
La llegada de Dresser se produce en un momento en el que OpenAI empieza a consolidar su apuesta por el mercado corporativo. La compañía asegura que más de un millón de empresas utilizan ya su tecnología, desde Walmart a Morgan Stanley, pasando por Intuit, Databricks o Target.
El mensaje que desprende la compañía es que la etapa de los “proyectos piloto” ha terminado. Un informe citado por OpenAI asegura que el 75 % de los trabajadores que usan IA afirman que mejora la velocidad o la calidad de su trabajo, con usuarios intensivos que se llegan a ahorrar más diez horas por semana. Y, quizá más relevante todavía, tres de cada cuatro aseguran que ahora pueden afrontar tareas que antes les resultaban inviables.
Esa transición obliga a OpenAI a reforzar su músculo comercial y operativo. Hasta ahora, el centro del relato ha sido la innovación técnica, mientras que, a partir de ahora, el desafío está en convertir esa innovación en soluciones estables, seguras y escalables para organizaciones enteras. Es ahí donde entra el papel de Dresser.
Slack, un ciclo que se cierra
La salida de Denise Dresser de Slack no ha sorprendido del todo entre analistas del sector. El proceso de integración con Salesforce fue largo y no siempre sencillo. Tras la marcha del fundador Stewart Butterfield y otros miembros clave, la compañía perdió parte de su cultura original.
Según Wired, Dresser no solo gestionó el giro hacia la inteligencia artificial, sino que también mantuvo un perfil público activo, incluso opinando sobre decisiones gubernamentales de Estados Unidos en la red social X. Un detalle que revela su voluntad de participar en conversaciones de más amplio alcance, algo habitual entre ejecutivos de empresas tecnológicas de primer nivel.
Denise Dresser, nuevo fichaje de OpenAI.
El salto a OpenAI: una empresa en una fase decisiva
En su comunicado, OpenAI presenta la incorporación como una pieza clave en su estrategia de crecimiento: reforzar ventas, escalar servicios de atención empresarial y multiplicar los casos de uso de ChatGPT y de su API en empresas de todo el mundo.
La compañía sabe que se enfrenta a un momento crítico. Competidores como Google, Anthropic y Microsoft aceleran sus propios productos y modelos, mientras que gobiernos y organismos reguladores observan con lupa cualquier movimiento de la industria. En ese escenario, contar con una ejecutiva que ha gestionado transformaciones complejas y grandes equipos internacionales puede resultar decisivo.
La nueva CRO de OpenAI, Denise Dresser.
“He pasado mi carrera ayudando a escalar plataformas que definen categorías, y estoy deseando aportar esa experiencia a OpenAI”, afirma Dresser en el comunicado oficial. Su llegada encarna, en cierto modo, el nuevo rostro que la compañía quiere proyectar: menos laboratorio experimental, más plataforma empresarial global.
Una señal al mercado
La contratación de Denise Dresser envía el mensaje de que OpenAI quiere dejar de ser solo la empresa que sorprende al mundo con nuevos modelos de IA, para pasar también a consolidarse como el socio tecnológico sobre el que se apoyen miles de compañías para redefinir su manera de trabajar.
El reto ahora será traducir ese potencial en un negocio estable, global y capaz de anticiparse a un mercado que evoluciona más rápido que nunca. Con Dresser al frente del área de ingresos, OpenAI confía en dar el siguiente paso. Y, al mismo tiempo, abre una nueva etapa en la carrera de una de las ejecutivas más influyentes de la industria tecnológica.



