España podría evitar muchos incendios forestales con el sistema del bosque inteligente de Soria: “Los sensores dispuestos estratégicamente se complementan con las torres y cámaras de vigilancia”
Prevención
Hace dos años que un bosque soriano tiene instalados 120 sensores que alertan a Emergencias de la Junta de Castilla y León; afortunadamente, no han sido necesarios, pero se ha comprobado que pueden prevenir desastres como los que están arrasando media España
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Vecinos y bomberos intentan aplacar el fuego que afecta este viernes a la aldea de Lamas (Cualedro), en Ourense.
¿Podría hacer algo la tecnología para evitar incendios como los que están asolando grandes extensiones de Galicia y Castilla y León? La respuesta es sí, con dinero y voluntad política se pueden salvar vidas, casas, granjas y elementos de las áreas rurales que acabarían destruidas si no se interviniera.
Una vez se declara el fuego, los efectivos de bomberos, voluntarios y Protección Civil lo dan todo para que no se extiendan las llamas, aunque tecnológicamente no se ha evolucionado mucho en las últimas décadas. Algo se ha avanzado, especialmente en el despliegue de drones con cámaras térmicas que detectan los puntos calientes con más riesgo de reavivarse.
Innovación contra incendios
El proyecto de bosque inteligente de Magaña
Si ponemos detectores de humo e incendios en casa, ¿por qué no ponerlos también en el monte? Esa fue la reflexión del departamento de Turismo de la Mancomunidad de Tierras Altas de Soria, que en 2023 implantó unos 120 sensores de humo, temperatura y cambios bruscos de humedad en un bosque del municipio de Magaña, por donde pasa un sendero de Gran Recorrido (GR 86) y hay mucha actividad de turismo rural.
El encargado de la iniciativa, Julián Hernández, hace balance del proyecto experimental y explica con satisfacción a Neo que “afortunadamente no hemos necesitado que se activaran los sensores porque no se ha dado ningún caso susceptible de inicio de incendio”.
Julián Hernández, técnico de Turismo de la Mancomunidad de Tierras Altas de Soria.
“El buen funcionamiento está comprobado, aunque no haya saltado ninguna alarma”, añade. “Al inicio del proyecto realizamos un simulacro con unas cuantas hogueras y los sensores respondieron positivamente, como también lo hicieron durante unas labores de clareo del bosque”.
Durante aquellos primeros días de prueba, el servicio de emergencias de la Junta de Castilla y León recibió los avisos y activaron el protocolo pertinente. Este éxito nos hace plantearnos qué se podría hacer (o qué se podría haber hecho) para evitar incendios como los del Bierzo, Ourense y otras regiones cercanas.
Prevención de incendios forestales
Por qué no se implanta una red de sensores
Pese a ser unos dispositivos relativamente sencillos y eficaces, Hernández razona por qué los sensores no son la solución definitiva. “Los detectores son muy útiles, pero para tener toda la superficie forestal cubierta harían falta millones de sensores, y eso es poco viable”, sostiene el técnico. “Lo más eficaz son las torres de vigilancia y las cámaras, que se podrían complementar perfectamente con sensores dispuestos estratégicamente”.
Sensor de detección de incendios forestales.
La clave aquí es la “disposición estratégica” de los detectores. “Como no podemos inundar los bosques españoles de sensores, la idea sería ponerlos cerca de áreas de actividad, núcleos residenciales o agrícolas, de forma que queden perimetrados y se pueda intervenir antes de que lleguen las llamas”, propone.
Sería interesante conocer el coste económico que tendría colocar y mantener esos millones de sensores en los bosques españoles, en un despliegue que se podría extender durante años por toda la Península. Una vez estimado el importe, habría que ver el impacto que tendría sobre los presupuestos del gobierno o de las autonomías.
A ese coste, habría que restarle todo lo que se ahorraría en tareas de extinción de incendios, por no hablar de las vidas humanas y pérdidas materiales que se salvarían. Entonces se podría determinar si realmente es viable o no un hipotético proyecto de protección inteligente de los bosques.
La prevención siempre ha sido una asignatura pendiente en este país. No solo en incendios, sino también en el ámbito sanitario, donde se invierte una ínfima parte en medicina preventiva y protocolos de detección de enfermedades, para gastarlo todo en intervenciones, medicamentos y pruebas diagnósticas de alto coste que se podrían haber evitado si se hubiese intervenido a tiempo.
Los bosques españoles están enfermos y sucios, y los incendios se apagan en invierno. Desconocemos si sería viable inundar los bosques de sensores, pero que se puede hacer mucho más de lo que se está haciendo, eso es evidente.