Ni China ni Estados Unidos: “India confía en ser la primera potencia mundial en desarrollar la computación cuántica que todo el mundo espera”

Tecnología

India se prepara para liderar el futuro tecnológico global con una estrategia basada en la soberanía digital, la juventud y la ambición cuántica

“Después de la independencia, India tardó 58 años en alcanzar su primer billón de dólares. El siguiente lo logró en 12 años, y el tercero en apenas cinco. La próxima década será transformadora”, Gautam Adani, empresario indio

Ingeniero indio trabajando en computación cuántica.

Ingeniero indio trabajando en computación cuántica.

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Desde hace unos años —y sobre todo en los últimos meses, con Donald Trump tambaleando la economía mundial con sus aranceles— está quedando claro que Estados Unidos no va a ser la única potencia mundial tecnológica a tener en cuenta en las próximas décadas. China está comiéndole la tostada al país de las barras y las estrellas, y otras potencias globales como Suiza, Alemania o Corea del Sur surgen como pequeños núcleos a tener en cuenta en diferentes campos.

Sin embargo, hay una potencia mucho más potente que el resto que podría colocarse en el Top de la tecnología global muy pronto: India. Durante años, el país asiático ha sido conocido en el panorama tecnológico como una de las centrales más importantes en cuanto Tecnologías de la Información (TI) y servicios de outsourcing. Es decir, era la mano de obra perfecta para desarrollar tecnologías que otras grandes potencias diseñaban. 

Gautam Adani.

Gautam Adani.

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India tardó 58 años en alcanzar su primer billón de dólares. El siguiente lo logró en 12 años, y el tercero en apenas cinco. La próxima década será transformadora

Gautam AdaniEmpresario indio

Sin embargo, esta fama de país segundón ha servido para mucho más que para generar industria dentro de la India. Al dotar de conocimientos a sus propios ingenieros y trabajadores, el país ha visto el filón y ha comenzado a tejer su propia red de poder tecnológico. Y su ambición no es solo competir, sino superar a algunas de las potencias que ahora mismo controlan el mundo.

En palabras del empresario Gautam Adani, en un discurso público que dio en Jai Hind College (Mumbai), India está a punto de alcanzar una velocidad de crecimiento sin precedentes: un billón de dólares añadido al PIB cada 18 meses. “Después de la independencia, India tardó 58 años en alcanzar su primer billón de dólares. El siguiente lo logró en 12 años, y el tercero en apenas cinco. La próxima década será transformadora”.

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Las proyecciones sitúan a India como una economía de 30 billones de dólares para 2050. Pero lo realmente fascinante no es solo la magnitud del crecimiento, sino que lo está consiguiendo a través del desarrollo de su propia tecnología y de un enfoque centrado en la conectividad y la digitalización masiva. Según NASSCOM, el sector tecnológico ya representa más de 282.000 millones de dólares en ingresos, con más de 5,6 millones de profesionales activos y exportaciones por valor de 224.000 millones. De este modo, todo apunta a que India se convertirá en la tercera potencia económica global antes de 2030.

El programa Digital India, lanzado en 2015, ha sido una de las bases potenciales para la transformación del país. Plataformas como Aadhaar (identificación biométrica) o UPI (interfaz unificada de pagos) han llevado servicios esenciales a cientos de millones de personas.

Laboratorio de innovación indio.

Laboratorio de innovación indio.

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Trisha Ray y Akhil Deo, autores del informe Priorities for a Technology Foreign Policy for India, lo explican con claridad: “India está trazando una política exterior tecnológica que no se limita al comercio o la defensa, sino que coloca la tecnología como eje central de su diplomacia”. Y la creación del departamento NEST (New, Emerging and Strategic Technologies) dentro del Ministerio de Asuntos Exteriores es la prueba más clara de esta expansión con la tecnología como centro neurálgico.

Con más de 800 millones de usuarios de Internet —a los que se suman 40 millones nuevos cada año—, India ya se considera un laboratorio global de datos en expansión. A pesar de que ha sido visto históricamente como un país segundón, de servicios derivables de las macroempresas de EEUU, sigue un enfoque similar al de China, invirtiendo masivamente en modelos de inteligencia artificial, biotecnología y computación cuántica.

Empresas como iMerit y Playment, situadas en India, lideran el sector del etiquetado de datos a nivel mundial, un proceso clave para el desarrollo de la IA que se basa en procesar datos sin necesidad de procesarlos, ya sea textos, imágenes, vídeos y más.

Hasta ahora, este potencial había ido de la mano de las grandes tecnológicas. Google, Microsoft, Amazon y Meta tienen centros de I+D en India y participan en el ecosistema local de innovación. Sin embargo, el país ha puesto el foco en desarrollar sus propios modelos, lo que puede hacer que acabe destacando por encima de algunas de estas empresas. El chatbot BharatGPT, impulsado por IIT Bombay y Jio Platforms, ya es el más utilizado en el país. Se trata de una IA entrenada con textos en hindi, tamil, bengalí, marathi y urdu. Es decir, obvia la información en inglés para reflejar su propia realidad.

Presentación de BharatGPT.

Presentación de BharatGPT.

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El cine como ejemplo de la tecnología

Siguiendo el modelo de Bollywood

De algún modo, este enfoque tiene mucho que ver con lo que se ha hecho a lo largo de la historia con el cine indio. Bollywood surgió como una respuesta a Hollywood para hacer películas (musicales) que hablen su propio idioma. Actualmente, produce entre 1.500 y 2.000 películas al año, según datos de Unit. Y genera una taquilla anual de unos 1.420 millones de dólares.

Aunque fuera de India casi nadie ve el cine de Bollywood, han sabido crear su propia industria para reflejar su realidad. Y esto es lo mismo que están haciendo con su tecnología: se están centrando en proveer de servicios de primerísimo nivel a sus ciudadanos, que en cierto punto viven en una especie de realidad alternativa del resto del mundo.

No obstante, esta enorme infraestructura digital —que incluye India Stack, una arquitectura de código abierto para servicios gubernamentales— ya está exportándose en países como Filipinas, Marruecos o Túnez. Así, mientras gran parte de Asia está controlada por China y occidente aún conserva a Estados Unidos como principal impulsor, India parece apuntar hacia el sur global .

Bajrangi Bhaijaan, una de las películas de Bollywood más vistas de la historia.

Bajrangi Bhaijaan, una de las películas de Bollywood más vistas de la historia.

The Indian Express

India busca estar en la vanguardia

Computación cuántica: el próximo paso

Pero India no solo quiere ponerse a la vanguardia de las tecnologías ya existentes. Mientras invierte 1.200 millones de dólares públicos en una estrategia nacional de IA, también confía en ser la primera potencial mundial en desarrollar algo que todo el mundo está esperando desde hace años: la computación cuántica.

Esta tecnología promete revolucionar la informática tal y como la conocemos, al permitir el procesamiento de información mediante qubits —unidades de información, a diferencia de los bits clásicos, pueden representar múltiples estados a la vez gracias al principio de superposición cuántica—. En resumen, es un tipo de computación que tendrá una capacidad de cálculo muy pero que muy superior a las capacidades actuales de la informática para resolver problemas complejos. Y esto podría aplicarse a todo: desde la simulación de moléculas para fármacos hasta la criptografía avanzada y la gestión política de un país.

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India ha entrado de lleno en esta batalla con la titulada Misión Nacional Cuántica, un programa que cuenta con una inversión inicial de más de 1.000 millones de dólares para desarrollar hardware cuántico y formar a sus jóvenes para dominar estas herramientas.

Computación cuántica.

Computación cuántica.

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China, el enemigo común

La idea de convertir a India en una potencia mundial tecnológica de primera categoría no viene solo de su complejo de inferioridad frente a otros países. Tampoco de su plan de aprovechar el talento propio que, hasta ahora, estaba trabajando para multinacionales de otros países. Según Ray y Deno, también existe un factor clave que ha promovido esta competencia voraz: su rivalidad con China.

Tras los enfrentamientos militares en el valle de Galwan en la región del Himalaya, en junio de 2020 —donde murieron al menos 20 soldados indios en el choque más violento con China en más de 40 años—, el gobierno de India inició una ofensiva política y económica sin precedentes contra el despliegue tecnológico de China.

India no puede permitirse ser tecnológicamente dependiente de un rival geopolítico

Trisha Ray y Akhil DeoInvestigadores

Ese mismo mes, el gobierno prohibió 59 aplicaciones móviles de origen chino, como TikTok, UC Browser y WeChat. Alegó lo mismo que Estados Unidos: preocupaciones de seguridad nacional por la protección de datos personales. El número de aplicaciones bloqueadas supero las 200 en apenas un año, y aunque no ha habido actualizaciones al respecto, se espera que ya superen las mil. Pero no solo se quedan en el software. India ha restringido la participación de empresas chinas como Huawei y ZTE en el despliegue de sus redes 5G, un golpe duro para las empresas tecnológicas más importantes del país asiático.

Si bien sigue siendo aliada de Estados Unidos y parecen luchar conjuntamente contra este enemigo común, India está siguiendo una estrategia clara de no-dependencia del exterior. Como señalan Trisha Ray y Akhil Deo, “India no puede permitirse ser tecnológicamente dependiente de un rival geopolítico, pero tampoco puede evitar por completo su influencia. La respuesta debe pasar por una combinación de regulación inteligente, atracción de inversiones y desarrollo interno de capacidades” .

Trabajadoras de una empresa informática en India.

Trabajadoras de una empresa informática en India.

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De este modo, a pesar de que todavía depende pertenecer a alianzas como el QUAD (junto a EEUU, Japón y Australia), India parece estar dispuesta a aprovechar al máximo estas alianzas hasta que, en unas pocas décadas, pueda darles la patada y convertirse en una potencia propia sin ningún tipo de dependencia.

Para ello, India trabaja en la iniciativa Aatmanirbhar Bharat (India autosuficiente), que además de rechazar por completo la tecnología china busca crear su propia industria tecnológica, invirtiendo cientos de millones en startups que pueden marcar el futuro. Y, aunque el camino hacia esa autosuficiencia tecnológica todavía presenta obstáculos —según Ray y Deo, “el gobierno ha sido más reactivo que proactivo”—, India cuenta con una ventaja insustituible: su demografía. 

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Ya es el país más poblado del planeta y, a diferencia de otras grandes potencias como China o Japón, cuenta con una población mucho más juvenil. Con más de 250 millones de personas entre los 15 y los 24 años, India dispone de la mayor reserva de talento joven del mundo. Y, a pesar del desarrollo de la IA, los humanos siguen siendo claves en el futuro de la tecnología. Así que, por fuerza, India tiene las de ganar.

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