Elon Musk lleva años empeñado en cambiar el futuro del mundo. En cierto modo, lo está consiguiendo. Su apuesta por los vehículos eléctricos, si bien lenta, está siendo toda una revolución. Y no se queda atrás en su empeño por democratizar el espacio con SpaceX y en la batalla encarnizada por la IA que está liderando con xAI junto a otras empresas como OpenAI o Anthropic.
Pero hay una empresa de Elon Musk que puede llegar mucho más lejos, incluso, que las otras que tiene en activo. Se trata de Neuralink, la compañía de implantes neuronales que está ayudando a personas de todo el mundo con algún tipo de enfermedad o parálisis a poder moverse a través, simplemente, de los impulsos del cerebro.
A pesar de que todavía está en una fase embrionaria, y por los comités de bioética solo se le permita usar sus implantes en personas con algún tipo de enfermedad o discapacidad, el objetivo de Musk es que todo el mundo cuente con un chip de Neuralink. Según declara, es la próxima gran revolución de la tecnología; el sustituto lógico de los móviles.

RJ es un veterano del Ejército estadounidense que quedó tetrapléjico tras un accidente de motocicleta. Neuralink le ha ayudado.
“En el futuro, no habrá teléfonos, solo Neuralinks”, escribió en la red social X a comienzos de este año, en una frase que condensó su apuesta por un mundo post-smartphone. A pesar de que parezcan palabras algo vacías, lo cierto es que la apuesta tiene su base. Neuralink se mantuvo en el terreno de la especulación durante años, pero dio un salto cualitativo en enero de 2024 con la primera implantación en un ser humano. A día de hoy, ya son cinco los pacientes que han pasado por un implante de este tipo.
Es una experiencia increíble, casi imposible de describir. Es una locura
“Es una experiencia increíble, casi imposible de describir. Es una locura”, declaró en su momento Noland Arbaugh, el primer paciente de Neuralink, un joven estadounidense de 29 años que quedó cuadripléjico tras un accidente. Gracias al implante, logró controlar un cursor en la pantalla de un ordenador únicamente con sus pensamientos. Ahora, incluso hay pacientes que jugan a videojuegos gracias a Neuralink. Pero el millonario quiere ir más allá.
“Los smartphones son una extensión de nuestro cuerpo, pero la comunicación sigue siendo lenta. Neuralink eliminará esa barrera”, insiste Musk, tal y como recogen en LM. Su objetivo parece claro: avanzar lo suficiente con estos implantes para poder democratizarlos y convertirlos en “una moda global”.
Sin embargo, surgen muchos retos por el camino. Si bien puede tener aplicaciones similares al móvil en el futuro, no todo el mundo se atreve ni quiere pasar por una cirugía, por poco invasiva que sea. En este contexto, otras alternativas como conectores neuronales con IA, sin necesidad de implantar nada, pueden acabar con su gran sueño. Sea como sea, sin duda es quien más cerca está de lograr este futuro a medio camino entre la distopía y la utopía.