Tenso momento el que vivió el director ejecutivo de OpenAI, Sam Altman durante una entrevista con el inversor y podcaster Brad Gerstner, que también es socio de la compañía.
Tras la pregunta de cómo era posible que una empresa con “13.000 millones de dólares en ingresos” pudiera comprometerse a gastar “1,4 billones”, la reacción de Altman fue tajante: “Si quieres vender tus acciones, te encontraré un comprador. Basta”, dijo.
Pérdidas cercanas a los 11.500 millones de dólares en el último trimestre
El incidente llega en un contexto de fuerte presión sobre OpenAI, que, pese a su liderazgo en inteligencia artificial, enfrenta crecientes dudas sobre la sostenibilidad de su modelo económico.
Según los últimos resultados financieros de Microsoft, principal inversor de la firma, la compañía habría registrado pérdidas cercanas a los 11.500 millones de dólares en el último trimestre. Mientras tanto, su producto estrella, ChatGPT, atraviesa un periodo de estancamiento: solo un 5% de sus 800 millones de usuarios activos paga una suscripción, según estimaciones internas citadas por medios estadounidenses.
Sam Altman CEO de OpenAI
Durante la entrevista, Altman defendió el agresivo gasto de la empresa en infraestructura, asegurando que muchos críticos “estarían encantados de comprar acciones” si pudieran. “Podríamos vender las tuyas, o las de cualquiera, a algunos de los que más ruido hacen en X sobre este tema, muy rápidamente”, dijo el CEO, en un intento de restar importancia a las preocupaciones de los inversores.
Analizando su tono, es evidente la tensión sobre el coste desorbitado de mantener la carrera por la inteligencia artificial general.
A pesar de las pérdidas, OpenAI alcanzó recientemente una valoración récord de 500.000 millones de dólares, superando a SpaceX como la empresa privada más valiosa del mundo, según Bloomberg.
La cifra se logró tras una venta interna de acciones por 6.600 millones de dólares, en la que participaron fondos como SoftBank, Thrive Capital y T. Rowe Price.
¿Futuro incierto?
Los analistas advierten de que este entusiasmo inversor podría alimentar una burbuja tecnológica. El mismo Altman reconoció en agosto que el sector vive una “fase de entusiasmo excesivo” y que “alguien podría perder una cantidad fenomenal de dinero”.
Mientras tanto, OpenAI continúa expandiendo su infraestructura con acuerdos multimillonarios con Nvidia y AMD, que le permitirán alcanzar hasta 26 gigavatios de capacidad computacional, una cifra equiparable al consumo eléctrico de todo el estado de Nueva York.
Según Reuters, la empresa prepara su salida a bolsa, que podría valorarla en hasta un billón de dólares. Altman, sin embargo, ha dejado claro que la rentabilidad no es su prioridad inmediata, sino alcanzar la cima tecnológica de la IA.

