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“No somos la NASA, aquí todos los contratiempos se resuelven al instante”: el centro de control de Formula 1, visto por dentro

Formula 1

Para que llegue la emisión de los Grandes Premios de F1, los engranajes tecnológicos y los equipos técnicos deben funcionar como un reloj

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El centro de control televisivo de Formula 1, en Biggin Hill, Londres.

Víctor Endrino

En un pueblecito de las afueras de Londres, al que se llega después de media hora de estrechas carreteras rurales, se encuentra una nave industrial restaurada llena de avances tecnológicos, cientos de monitores, consolas de edición e incluso un enorme centro de datos listo para recibir cantidades ingentes de datos en poco tiempo.

Se trata del centro de control de Biggin Hill, donde se cocina toda la magia de la Formula 1 (F1) que vemos por televisión. Un reducido grupo de periodistas lo hemos visitado invitados por Lenovo, que ha establecido una asociación con la competición automovilística para proporcionarles todo el equipamiento necesario y las soluciones tecnológicas que hacen posible el éxito de las transmisiones.

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Hasta hace cinco años, unas 300 personas se desplazaban a cada uno de los circuitos donde se celebran los Grandes Premios para producir in situ la realización de las carreras. Cada fin de semana de competición se movilizaba todo el equipo, aunque fuera al otro lado del mundo, para montar toda la infraestructura. Ellos hacían todo el trabajo en unidades móviles, con todo el esfuerzo humano, logístico y energético que ello suponía.

Durante la pandemia, sin embargo, se dieron cuenta de que establecer un control central que procesara todas las imágenes y elaborara una realización más cuidada no solo daría un mejor resultado, sino que también ahorraría la movilización de más de la mitad de los técnicos, así como unos costosos montajes ambulantes.

Centro de control de Formula 1.

Diseño: Selu Manzano / Fotografía: Víctor Endrino

Lo primero que hicieron fue procurarse una buena conexión telemática capaz de transportar 100 gigabits por segundo a cualquier parte del mundo, con un retraso de menos de medio segundo. La tienen garantizada por contrato. Este ancho de banda lo consiguen mediante cables de fibra óptica que, según la ubicación del circuito, viajan por Eurasia o por el fondo del Pacífico, América y el Atlántico. 

En cualquier caso, lo que pasaba en el asfalto lo pueden ver al instante en los estudios centrales de Londres y, al cabo de 30-40 segundos, en las casas de los aficionados. Cada fin de semana se llegan a transmitir 600 terabytes (600.000 gigas) de contenido, y todo sale bien.

“Desde Biggin Hill se controla todo, hasta los valores de exposición de las cámaras”. Revela Jack Bridge, técnico de Formula 1. “El operador de cámara solo encuadra, el resto es cosa nuestra”. 

Las cámaras del plató se controlan desde el estudio... y las del circuito, en parte, también.

Víctor Endrino

Cartelería virtual

Las vallas publicitarias, en realidad, no existen

En una inmensa sala parecida al centro de control de la NASA se mezclan las imágenes, se cambia de plano e incluso se añade la publicidad virtual. Sí, es un añadido posterior. Cuando vemos por televisión las barreras de protección de los laterales del circuito, llenas de publicidad, en realidad estamos viendo un agregado de postproducción. Es decir; cuando un bólido pasa por debajo de un arco lleno de publicidad, ese arco no existe, es virtual. 

De hecho, si el circuito tiene alguna valla publicitaria que no esté contratada por la organización, ni se molestan en quitarla: la tapan virtualmente con el logo de un espónsor acordado, y listo.

Quizá en Arabia estén viendo una valla protectora con el logo de una marca, mientras que en Europa, esa misma valla muestra otra publicidad distinta

A esto se suma la dificultad añadida de tener que seleccionar seis carteles distintos en un mismo emplazamiento, según la región hacia donde se esté enviando la señal de televisión. Es decir, que quizá en Arabia estén viendo una valla protectora con el logo de una marca, mientras que en Europa, esa misma valla muestra otra publicidad distinta, que no será la misma que verán los americanos.

Antes y después de insertar la publicidad virtual en el circuito de Austin.

Víctor Endrino

Los movimientos de las cámaras, en esta situación, no afectan lo más mínimo: está todo trackeado para que los carteles permanezcan siempre donde deben estar posicionados. Y eso lo han hecho posible varias decenas de programadores informáticos propios, que han diseñado el software desde cero. Los ordenadores, los pone Lenovo. Y los servidores, el almacenamiento y casi todo lo demás.

Se transcribe todo a mano

Las radios de las escuderías, completamente artesanales

Si hay algo que todavía se hace a mano en la Formula 1 es la transmisión de las conversaciones de las radios de equipo. Un total de 20 canales de radio transmitiéndose a la vez llegan al centro de control desde el circuito, donde varios escuchadores prestan atención a las comunicaciones de los pilotos para seleccionar lo más relevante y transmitirlo en menos de uno o dos minutos. 

Y lo más curioso es que las transcripciones de los diálogos son completamente manuales: de eso se encargan dos jóvenes “con gran capacidad de tecleo”, que en pocos segundos pueden tener las frases de equipo listas para sobreimpresionar. “Estamos probando la transcripción automática, pero de momento lo hacemos de forma artesanal”, reconoce Bridge, antes de acompañarnos al plató de televisión.

Las frases más relevantes de los pilotos se transcriben a mano.

Víctor Endrino

El plató es pequeño, pero bien aprovechado. Está dotado de cámaras de última generación y varias esquinas habilitadas para efectuar las tertulias, presentaciones e informativos de F1 TV, la cadena de televisión propia de la competición.

En el aspecto televisivo tienen especial protagonismo los comentaristas y narradores. El centro de Biggin Hill dispone de media docena de cabinas de comentaristas, desde donde pueden narrar las carreras como si estuvieran en el propio circuito. Tanto los comentaristas ingleses como del resto de Europa lo tienen mucho más fácil para desplazarse a Londres que a Australia o a otros países lejanos donde se disputan pruebas del Mundial.

El día de la carrera

Tensión controlada durante la carrera

Cuando llega el momento de la carrera, es importante conservar la calma, pero también hay que mantener la tensión para poder reaccionar en el momento adecuado. Es imposible relajarse. La coordinación entre la cincuentena de técnicos es fundamental. Hay que coordinar imágenes de las cámaras del circuito, de helicópteros y drones, de las unidades móviles, el sonido, las radios de equipo, los comentaristas, cronómetros individualizados y otras estadísticas. Una locura.

“No somos la NASA, no puedo esperar a la semana que viene para resolver los contratiempos, los coches salen el domingo y hay que estar ahí, no se puede retrasar la carrera”, añade Chris Roberts, director tecnológico de Formula 1.

El director de IT de F1, Chris Roberts, en una charla con la prensa.

Víctor Endrino

Durante la visita compareció brevemente el heptacampeón de MotoGP Marc Márquez, también invitado por Lenovo, que mostró su asombro por toda la infraestructura que había montada en el centro londinense. 

“Ahora, cuando me ponga a ver la Formula 1 desde el sofá de casa, ya sabré lo que realmente supone todo esto”, confiesa el piloto catalán, que reveló que en MotoGP se están haciendo pruebas para integrar las radios de equipo en los cascos de los motociclistas, tal como tienen los pilotos de Formula 1. 

Marc Márquez, durante su intervención.

Víctor Endrino

Otro elemento clave es la ciberseguridad. Una competición tan expuesta al mundo, en la que se juntan tantos intereses económicos, no se puede permitir tomar riesgos. Aquí, Roberts lo tiene claro, y no duda en aclarar que ellos toman la medida de seguridad más eficaz: “La retransmisión es offline, no estamos conectados a internet, no puede entrar nadie y cortar la emisión, porque en cuanto llega el jueves, desconectamos hasta que termina el Gran Premio”. 

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Víctor Endrino Cuesta

Hasta hace muy poco, la nave de Biggin Hill no tenía en su exterior ningún distintivo que la identificara como uno de los centros de control televisivo más sofisticados del mundo. Ahora que han logotipado la fachada, han puesto banderas en la entrada y están enseñando el edificio públicamente, admiten que han tenido que reforzar la seguridad física, por lo que pueda pasar.