Villancicos en el Parlament

FUTUROS IMPERFECTOS

Villancicos en el Parlament
Consejero editorial

El espíritu de la Navidad no ha muerto, pero tampoco goza de buena salud. Charles Dickens, el mejor novelista victoriano, escribió en 1843 un relato que invitaba a ser más solidarios, más comprensivos y más felices. El cuento El espíritu de la Navidad fue una excusa para enviar un aviso a la sociedad de su época para que fueran capaces de compartir con los demás, ser generosos con el prójimo y redistribuir la riqueza, si querían que el país saliera adelante sin grandes tensiones. Era un mensaje que iba más allá de lo religioso, tras los cambios que comportó la revolución industrial y el auge del capitalismo. A los cinco días de publicarse el libro, se agotó la edición.

Los parlamentarios cantando villancicos en el Parlament, esta semana

Los parlamentarios cantando villancicos en el Parlament, esta semana

Bernat Vilaró / ACN

El mundo vuelve a estar en un momento complicado, con una guerra en cada esquina del planeta, una clase media que salió empobrecida de la última crisis y una generación Z que no alcanza a ver su futuro despejado. En España, según el último CIS, el principal problema es la vivienda, aunque la preocupación por la política sigue en lo alto.

Los diputados de la CUP se negaron a cantar junto con los políticos de Vox

En Catalunya, esta semana el Parlament ha recuperado la tradición de cantar villancicos después de 18 años de no hacerlo. La propuesta fue del presidente de la Cámara, Josep Rull, y se interpretaron en la escalinata parlamentaria. No estaban todos, pero el número de cantantes resultó notable. Pero el espíritu de la Navidad no consiguió que ni un solo diputado de la CUP formara parte del coro por la presencia de un grupo de diputados de Vox. “No podemos normalizar a la extrema derecha”, argumentaron. Los comunes rompieron el cordón sanitario porque cantar el Fum, fum, fum no parece que sea una concesión ideológica.

Los que escucharon los villancicos aseguran que afinaron bastante, algunos más que cuando intervienen en la Cámara. Hubo quien pensó que era políticamente incorrecto que en el villancico catalán más popular hubiera una frase que les comprometía. Es aquella que pregunta: “Qui dirà més gran mentida”. A la vista está que la cultura popular tiene claro que incluso en Navidad hay que estar vigilantes. La verdad es más necesaria que nunca y no podemos dejar que la sustituyan las fake news que entonan los irresponsables, los tramposos y los demagogos. Fum, fum, fum.

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