El mundo empieza el 2025 con la vista puesta en el próximo 20 de enero, fecha en que Donald Trump asumirá de nuevo la presidencia de Estados Unidos. El año va a estar marcado sin duda por las políticas que adopte la nueva administración del líder republicano, formada por personas completamente leales a su persona, muchos de ellos partidarios del llamado Proyecto 2025 para modificar radicalmente el gobierno federal, y con algunos perfiles preocupantes ante la responsabilidad que tendrán que asumir.
Habrá que ver cuántos aguantan en el cargo con un jefe como Trump, que practica un populismo ultra que ataca a la democracia y normaliza la violencia contra la cultura liberal y la regulación del mercado. Carece de ideología, y su obsesión es alcanzar el poder para lograr sus objetivos. Todo ello empezará a materializarse este año, y habrá que ver hasta dónde llegará. En política exterior, con un unilateralismo que volverá a suponer un desafío para Europa y para la OTAN. Es contrario a seguir apoyando a Ucrania y aboga por unas rápidas negociaciones de paz en las que Rusia sería la gran beneficiada. En lo económico, está dispuesto a establecer aranceles a cualquier producto que quiera entrar en EE.UU., lo que es probable que acabe generando guerras económicas con Europa y con China.
Como decíamos, las decisiones que adopte Trump tendrán un impacto decisivo en la guerra de Ucrania, que entrará en febrero en su tercer año con un lento pero constante avance ruso en la región del Donbass. El apoyo de la UE debe seguir siendo decisivo, pero los europeos necesitan también la garantía de que, en unas negociaciones de paz cuando Zelenski las crea convenientes, EE.UU. estará también en la mesa y participará en el proceso de alto el fuego. Menos dudas tendrá el primer ministro israelí, Netanyahu, sobre el pleno apoyo de Trump a sus conflictos bélicos en Gaza, el sur de Líbano y Siria, y con la vista puesta en Irán.
El aislacionismo del republicano distanciará a EE.UU. de Europa y abrirá guerras comerciales
En cuanto a Europa, un continente que ha girado a la derecha y donde cada vez hay más gobiernos conservadores con elementos de ultraderecha, el año arranca con dos graves crisis políticas nacionales. En Francia, sigue la inestabilidad, y el nuevo Gobierno de François Bayrou es tan frágil como el anterior y puede caer en cualquier momento. La debilidad del presidente Macron es evidente, y la situación económica y financiera del país es extremadamente delicada. Alemania, por su parte, celebrará elecciones anticipadas el 23 de febrero. Los sondeos prevén una victoria de la CDU, pero deberá pactar con el SPD o con los Verdes, y se prevé que el gran salto electoral lo dé la extrema derecha de Alternativa para Alemania, en especial en los länder orientales. El motor económico de Europa lleva dos años bordeando la recesión, sus grandes empresas están en crisis y el 2025 no va a ser un año de recuperación, pues el país estará semanas con un gobierno en funciones hasta que se forme una nueva coalición en Berlín.
La agenda europea para este 2025 estará determinada en gran medida por los desafíos exteriores, que también podrían afectar a las transiciones verde y digital, que deben enfocarse más desde el ángulo de la competitividad y la autonomía estratégica. Europa debe prepararse ante amenazas cada vez más graves para su seguridad. El gran debate volverá a ser, una vez más, si está dispuesta a financiar esa defensa y seguridad que le permitan dotarse de una autonomía estratégica complementaria con el escudo que sigue siendo la OTAN. La llegada de Trump puede ser una seria amenaza para Europa, pero también puede ser una oportunidad única para que la UE decida definitivamente dar pasos autónomos para garantizar su seguridad, que puede peligrar si Trump se desentiende de la OTAN.
La inmigración volverá a ser un tema clave en el mundo y en Europa. El ascenso de fuerzas xenófobas y ultranacionalistas en diversos países de la UE augura la aplicación de políticas cada vez más restrictivas y duras contra inmigrantes y refugiados, y gana peso en Bruselas la aplicación del modelo italiano de construir centros de deportación en terceros países. El cambio de situación política en Siria genera un interrogante sobre el futuro de los cientos de miles de refugiados sirios repartidos por países comunitarios.
La presidencia de Trump puede ser una oportunidad para que la UE refuerce su autonomía estratégica
El 2025 puede ser también el año en que crezcan aún más en el mundo las ideologías de extrema derecha, populistas, xenófobas, así como los discursos de odio y las teorías conspiranoicas, directamente relacionadas con la desinformación y las fake news . Una amenaza ante la cual será más importante que nunca la reafirmación y la defensa de los valores democráticos. Un 2025 en que, un año más, guerras como las de Sudán, Somalia, Birmania y otras, con millones de personas desplazadas, quedarán de nuevo olvidadas, eclipsadas por los conflictos de Ucrania y de Gaza.