La democracia huérfana

Todo son alarmas ante el avance imparable del nacionalpopulismo en Europa. Cada día, alguna declaración o éxito político de la extrema derecha genera en la opinión pública una honda preocupación y desconcierto en la sociedad. Lo que preocupa y angustia esta semana es el resultado electoral obtenido por Alternativa para Alemania, que ha logrado convertirse en la segunda fuerza política de su país, por delante de la socialdemocracia; y hace tan solo un mes saltó la alarma al constatar que el mundo estaría gobernado por la ética y estética trumpistas.

Alice Weidel, líder de AfD, celebra los resultados electorales la noche del 23 de febrero en Berlín

Alice Weidel, líder de AfD, celebra los resultados electorales la noche del 23 de febrero en Berlín

Michael Probst / AP

Los líderes de partidos como el PSOE, el PP, Junts, ERC, Sumar o el PNV expresan la alarma, la inquietud, el desasosiego, el temor, la tristeza, la preocupación, el pesimismo y la amenaza que sienten para subrayar en sus declaraciones públicas el peligro que corre la democracia si no se combaten las ideas y políticas de la extrema derecha. Pese a ello, debemos preguntarnos cómo exigir a la extrema derecha el respeto a las normas y a la separación de poderes si alcanzan el poder cuando muchos de los organismos judiciales y de arbitraje españoles que han de velar para que se cumplan las leyes y las reglas del juego son señalados desde los partidos tradicionales por estar al servicio de intereses ocultos.

Lee también

Los nuevos patriotas

Fèlix Riera
La democracia huérfana

Esta situación política puede ilustrarse con la metáfora que se encuentra en la canción In the court of the Crimson King, del grupo británico King Crimson: “El jardinero planta un árbol de hoja perenne, mientras pisotea una flor”. En el contexto actual, la política tradicional parece actuar a la inversa: en lugar de fortalecer las instituciones perennes, como la justicia, las erosiona con constantes ataques y deslegitimaciones, mientras siembra políticas efímeras destinadas únicamente a ganar elecciones. Hoy, están en tela de juicio los jueces, el fiscal general del Estado, árbitros de fútbol, directivos de la Federación Española de Fútbol, miembros del Tribunal Supremo y del Estado por manipular las leyes y tribunales contra sus adversarios políticos. 

Lee también

Los nuevos patriotas

Fèlix Riera
La democracia huérfana

Sin proponérselo, los políticos que representan a partidos como el PSOE o el PP, más allá de que algunas de sus denuncias contra la justicia partan de una sólida base, van deslizando la idea entre los ciudadanos de vivir en una democracia decadente gestionada por instituciones que han agotado su función. Esta deriva favorece la aparición y promoción de líderes carismáticos, que conduce a depositar todas las esperanzas en las iniciativas políticas de la extrema derecha, que promete acabar con el desorden y la corrupción.

Mostrar comentarios
Cargando siguiente contenido...