En catalán, decir el nombre del cerdo implica insultar. Los científicos han hallado una modalidad más sutil a través de los nombres binomiales de las especies. Acciones modestas pero perdurables, porque según las reglas del Código Internacional de Nomenclatura Zoológica (ICZN), los nombres científicos no se pueden modificar si no hay un error taxonómico. En el 2017, cuando Trump iniciaba su primer mandato, el entomólogo Vazrick Nazari descubrió en California una especie de polilla con pelos amarillentos y decidió bautizarla Neopalpa donaldtrumpi . Aseguró que no tenía mala intención, pero se interpretó como una burla que el presidente naranja quedara asociado a una especie tan minúscula e irrelevante. Un año después, la empresa británica EnviroBuild eligió el nombre de un anfibio con aspecto de gusano descubierto en Panamá. La empresa, contraria a las políticas ambientales de Trump, la llamó Dermophis donaldtrumpi . Algunos científicos dijeron que usar la taxonomía para críticas políticas desvirtuaba la neutralidad de la ciencia, pero otros defendieron el derecho de elegir nombres que reflejen preocupaciones sociales.

El debate no es nuevo. La inmutabilidad de la nomenclatura nos ha legado especies tan connotadas como Anophthalmus hitleri , un escarabajo cavernícola descubierto por un entomólogo alemán en pleno auge del nazismo en 1933 y nombrado así en honor de Adolf Hitler. En menor medida, también causaron controversia los nombres binomiales de Leninia stellans , un fósil de trilobite descubierto en 1977 en Rusia y nombrado en honor de Vladímir Lenin, y el Cherax snowden , un crustáceo nombrado en 2015 en honor de Edward Snowden por sus “logros en defensa de la libertad de expresión”.
Curiosamente, no hay ningún animalejo que lleve en su nombre una referencia a Putin, Netanyahu o Xi Jinping. Por el contrario, en el 2022, poco después de la invasión de Ucrania, un zoológico de Baviera cambió el nombre (no científico) de un jabalí de 200 kilos que se llamaba Putin y lo rebautizó como Eberhofer para no echar más leña al fuego. En esto, Donald Trump también sale perdiendo frente a Vladímir Putin.