Es ley de vida que los animales deben alimentarse de otros seres vivos. Los humanos somos los únicos que podemos hacerlo minimizando el sufrimiento de los animales que comemos, que aportan aminoácidos esenciales que nuestro cuerpo no puede producir.
En Suiza, donde hay una alta concienciación sobre el bienestar de los animales, los productos alimentarios deberán especificar si se han obtenido con dolor o crueldad innecesarios. La medida afecta tanto a alimentos producidos en el país como importados, y tanto a comercios como a restaurantes.
No todos los consumidores están interesados por el bienestar de los animales de los que se alimentan. Pero los que sí lo están tienen derecho a saber si los productos que ingieren se han obtenido con prácticas acordes con sus valores. En España, con excepción de unos pocos productos, suele ser imposible averiguar si los alimentos de origen animal se han obtenido sin crueldad. Una normativa como la que ha adoptado Suiza defendería los derechos de los consumidores a saber y decidir.