Muchos de los 32.662 suscriptores de papel de La Vanguardia –según la última estimación de mayo de este año de la OJD– son muy fans de la doble página de pasatiempos de nuestro diario. Así como podemos saber cuáles son las secciones que visitan más los 124.414 suscriptores de la edición digital porque su usabilidad es transparente, es imposible saberlo en el diario de papel. Solo nos quedan los comentarios que nos llegan personalmente de muchos de ellos, y por eso podemos concluir que son muy aficionados a hacerlos cada día.
Jordi Fortuny
Tanto es así que algunos lectores nos han confesado que lo primero que hacen cuando tienen el diario a mano es hacer el sudoku, buscar los 8 errores –el amigo Jordi Basté lo hace cada día, aunque nieve, llueva o haga sol– y, luego, los dos crucigramas, en catalán y castellano, que elaboran con arte Màrius Serra y Jordi Fortuny. Pese a que es un lujo contar con los dos, no es muy habitual referirse a ellos en esta sección, y la verdad es que lo tienen más que merecido.
La excusa que nos lleva a ello es doble. Por un lado, el escritor y enigmista Màrius Serra celebra hoy 35 años haciendo el crucigrama en catalán de nuestro diario. Su capacidad para jugar con las palabras es de sobra conocido y sus dos últimos libros, Paraula de verbívor y Verbàlia, son un lujo para los aficionados, como lo son sus columnas de opinión, donde no puede dejar de jugar cuando tiene oportunidad. La otra razón para referirme a ellos es anunciar la baja momentánea del gran Fortuny, que por problemas de salud ha dejado su lugar en el equipo a Jep Ferret, que debutó ayer. Este le dedicó al titular de la plaza su primer acertijo. El número uno de la fila horizontal decía así: “Sus problemas mantendrán un tiempo a Fortuny fuera de circulación”. Cinco letras…. No era muy complicado: salud.
Fortuny lleva aún más años en La Vanguardia que Serra. Este año cumplirá 40, ni más ni menos. Esperemos tenerlo otra vez pronto con nosotros. Serra y Fortuny contribuyen como tantos otros a mantener el vínculo que une a esta casa con sus lectores. Vale la pena reconocerlo y destacar que la redacción es un trabajo de equipo, donde todo suma. Ah, y de Santos Cerdán y del BBVA ya hablaremos otro día.
