Alberto Núñez Feijóo llegó a Madrid para sustituir a Pablo Casado en el 2022 con una brillante hoja de servicios. En Galicia había logrado ganar cuatro mayorías absolutas consecutivas (2009, 2012, 2016 y 2020), algo que ni tan siquiera había conseguido Jordi Pujol, que se quedó en tres (1984, 1988 y 1992). Venía precedido de una fama de buen gestor, centrado en lo político y poco amigo de estridencias. La frase con la que se presentó en Madrid fue toda una tarjeta de visita en esta línea: “No he venido a insultar a Pedro Sánchez, he venido a ganar a Pedro Sánchez”.
Sin embargo, en estos tres primeros años como líder del PP se ha visto poco al Feijóo gallego y, en cambio, ha aparecido un dirigente con una gran agresividad contra Sánchez. Ha actuado mucho más a la contra y a la búsqueda del desgaste del Gobierno que no en una posición constructiva de ofrecer alternativas a la ciudadanía.

El presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, con el líder del PP, Alberto Núñez Feijóo
Ahora que está más cerca que nunca de llegar a la Moncloa, tras la crisis reputacional que está sufriendo el PSOE por el caso Cerdán, tiene una gran oportunidad para recuperar aquel Feijóo, y el trampolín puede ser el congreso de su partido que comienza hoy. En estas semanas previas solo han trascendido noticias relativas a la discusión interna del partido sobre el sistema de primarias o la propuesta de Alejandro Fernández de excluir a los partidos soberanistas de futuros acuerdos de gobernabilidad. Poco sabemos sobre cómo sería la España de Feijóo.
Los nombramientos de Miguel Tellado, como secretario general, y Ester Muñoz, como portavoz del partido en el Congreso, confirman la idea de un PP guerrero dispuesto a echar el resto
para llegar a la Moncloa. Así, Muñoz debutó en su cargo hablando de un Gobierno “con corruptos y puteros”. En el PP se sostiene que esta estrategia de confrontación máxima es lo que toca ahora y que ya serán más prudentes cuando gobiernen, pero si el discurso es demasiado extremista se corre el riesgo de espantar a los moderados. Cuando vas por delante en las encuestas, no hace falta mostrar una sobreexcitación por llegar al poder. Basta con presentar tus propuestas y esperar. Y actuar con el espíritu del Feijóo de la Xunta.