Donald Trump sigue desatado y logró firmar ayer en el simbólico Día de la Independencia su anhelada reforma fiscal que favorece a los más ricos y empobrece a los más necesitados. El presidente americano es coherente con su concepción de la vida y de las clases sociales y sus medidas van a acentuar aún más las desigualdades. Las grandes fortunas pagarán menos impuestos y, en el otro extremo, unos doce millones de personas perderán su seguro médico público. El mismo día en el que se aprobaban estas reformas en Washington, se clausuraba la cumbre por el desarrollo de la ONU en Sevilla, que termina con un cierto escepticismo porque el acuerdo alcanzado para mejorar la financiación del Sur Global no es vinculante para los países participantes y existen dudas sobre su aplicación. Lo más significativo es que los Estados Unidos de Trump se negaron a participar en el encuentro y se han autoexcluido de contribuir con ayuda económica al plan.

Un hombre deja su firma en el MAGA Bus, que seguía a Donald Trump en sus actos de campaña por todo el país
Este es el mundo que tenemos. No se trata de caer en el pesimismo, sino simplemente de hacer un ejercicio de realismo. Como le sucede al periodista Robert D. Kaplan que, también este mismo jueves, presentaba su último libro Tierra baldía en Barcelona, y cuyos lectores apreciamos que sus análisis de la realidad se vuelven cada vez más ácidos y negativos. Él se defiende en el mismo libro citando a otro autor, Colin S. Gray: “El optimismo y el pesimismo pueden ser actitudes peligrosas que subyacen en las políticas. Pero, de las dos, el optimismo es apto para matar con mayor certeza”. La idea es que el pesimismo “puede inspirar una mejor estrategia” y el optimismo “pone en riesgo el orden internacional”.
Pues seamos pesimistas en este bonito fin de semana de julio, y hablemos de Trump. Es posible que esta vez se haya excedido en sus medidas. La idea de encarcelar inmigrantes en tiendas de campañas rodeadas de caimanes en Florida es execrable, pero no afecta al bolsillo de los votantes. Recortar el programa Medicaid le puede costar a los republicanos perder la mayoría de la Cámara. Al final, muchas de las decisiones que está tomando Trump van en contra de sus ciudadanos. Veremos cuánto tiempo resistirá la economía americana todas estas sacudidas.