Cada vez son más las paradas de toda la vida que dejan de vender el género de siempre en el mercado de la Boqueria. Sale mucho más a cuenta pasarse a los rentables envases de fruta cortada, zumos, empanadas y similares para turistas. Y por eso mismo, cada vez son menos los vecinos que acuden a hacer la compra al mercado más icónico y emblemático de Barcelona. El Institut Municipal de Mercats quiere recuperar la esencia perdida con una modificación del reglamento para reducir los productos para turistas, incluyendo multas para aquellos paradistas que tengan menos del 40% del producto fresco. Esto se quiere acompañar de una redistribución del espacio que supondrá la eliminación de algunos puestos y el traslado de otros dentro del mismo mercado. Serán los propios comerciantes los que votarán las condiciones de un nuevo plan que pretende preservar la autenticidad del mercado y encontrar el complicado punto de equilibrio entre la atención al turista y el mantenimiento del producto tradicional para el vecino.
La esencia de la Boqueria
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