El acceso a la vivienda en Eivissa se ha vuelto inasequible para muchos de los trabajadores temporales que se desplazan allí en verano, y que tienen ingresos muy inferiores a los de los turistas a los que sirven. Esto ha llevado a una parte de este personal a vivir en asentamientos de caravanas, a los que también acuden turistas que desean visitar Eivissa a bajo precio.
El Consell de la isla hace bien en intentar evitar que estos asentamientos se consoliden y se conviertan en un escaparate de la desigualdad. Pero difícilmente lo conseguirá si no se crean las condiciones para que los trabajadores, y también la población local, accedan a viviendas dignas.
El problema no afecta únicamente a Eivissa, sino a todos aquellos lugares donde el éxito del turismo está presionando el precio de la vivienda al alza. La solución pasa por regular mejor en qué casos las viviendas particulares se pueden alquilar para usos turísticos, ya que este tipo de alquiler comporta una reducción de la oferta y un encarecimiento de la vivienda disponible.