El gran negocio de la seguridad

El artículo del vicedirector

El gran negocio de la seguridad
Vicedirector

Si usted tiene un coche, furgoneta, camión o autobús ya debería saber que antes del 1 de enero tendrá que rascarse el bolsillo para cumplir con una nueva normativa de la Dirección General de Tráfico (DGT). Desde el primer día del año será obligatorio llevar en la guantera una baliza luminosa llamada V16 que se debe colocar en el techo del vehículo cuando tenemos una incidencia en la carretera. Pero, vaya con cuidado porque no todas las balizas que se venden están homologadas. Las oficiales deben disponer de un sistema de conexión con la DGT para geolocalizar el vehículo. No disponer de este artilugio conectado supondrá una multa de 80 euros que ascenderá hasta 200 si se utiliza incorrectamente.

El V16 sustituirá a los triángulos de señalización que son obligatorios desde 1999 y no llevarlos cuesta 200 euros de multa. Con este cambio, España será pionera en Europa. ¿Por qué? Porque en estos 26 años se ha comprobado que la colocación de los triángulos es peligroso para el conductor. Cada año hay 20 atropellos mortales de personas cuando se bajan del vehículo en la carretera.

La luz V16 de emergencias se podrá divisar a distancias de hasta un kilómetro.

La luz V16 de emergencias se podrá divisar a distancias de hasta un kilómetro.

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Hasta aquí vamos bien. Pero hay un puñado de fabricantes que se frotan las manos ante el gran negocio que se avecina. Un V16 cuesta entre 30 y 60 euros (los más baratos es posible que no estén homologados) y en España hay 30,5 millones de vehículos, según datos de la DGT, que estarán obligados a llevar esa baliza.

Un cálculo rápido indica que, antes de fin de año, los conductores españoles se tendrán que gastar entre 915 millones de euros, si compran la opción V16 más barata, o el doble si adquieren la más cara. Los triángulos eran más económicos (entre 13 y 22 euros).

Muchos dirán que la seguridad no tiene precio. Es verdad. Pero ya que hacemos obligatorio un gasto a tantos millones de conductores, quizás se podría haber pensado en cerrar una tarifa más barata con los fabricantes o en rebajar el precio final a los usuarios a cuenta de los ingresos por multas de tráfico que cobra la DGT y que el año pasado fueron 539,9 millones de euros. Sería una buena campaña publicitaria: “Pagamos tu seguridad con las multas”. Faltan cuatro meses. Estamos todavía a tiempo.

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