¿Hay una burbuja de IA?

¿Hay una burbuja de IA?
Directora adjunta

La salida de GPT-5 este verano provocó cierto desencanto. Las expectativas de un salto en los modelos de IA casi tres años después del surgimiento de ChatGPT no se cumplieron, y Open AI recibió algunas críticas en la prensa estadounidense. Su consejero delegado, Sam Altman, convocó una cena con algunos periodistas especializados para explicarse y en ella confesó que apreciaba síntomas de burbuja en el mercado de la inteligencia artificial.

Según un estudio del MIT, el 95% de los proyectos empresariales basados en la IA en EE.UU. carece del retorno económico esperado, como publica hoy La Vanguardia . Se trata de más de 40.000 millones en inversiones que no están reportando beneficios. No han tardado en surgir voces que recuerdan cómo el surgimiento de internet provocó tal entusiasmo inversor (y especulativo) que estalló la burbuja de las puntocom, hace ahora 25 años. Esa sacudida afectó a todo el mercado financiero.

Como entonces, hoy también se ha producido un desenfreno inversor en esta nueva tecnología, una fiebre que persigue un rédito a la altura de la revolución digital que vislumbran los expertos. Pero ese proceso no está siendo tan evidente. La facilidad de acceso a esta herramienta elimina la ventaja competitiva con rapidez. Como ocurrió a principios de siglo, simplemente apuntarse a la nueva tecnología no siempre garantiza beneficios inmediatos. Por ejemplo, cada vez que buscamos en Google recibimos una respuesta elaborada por la IA de la que esa multinacional no recibe rédito alguno, ya que este proviene de los clics a los enlaces relegados ahora a un segundo plano. Google parece tirarse piedras a su propio tejado, pero no puede dejar de hacerlo si no quiere que sus usuarios, sobre todo los más jóvenes, se vayan a ChatGPT. Los más optimistas, sin embargo, sostienen que, a diferencia del año 2000, las grandes tecnológicas están más asentadas y gozan de mayor seguridad financiera, lo que atenuaría los efectos de un pinchazo. En cualquier caso, internet ha cambiado nuestras vidas pese al estallido de aquella burbuja, y las empresas han tenido que abrazar la digitalización. Y todo apunta a que la IA también supone un cambio al que es inevitable amoldarse.

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