Es tan buena la metáfora de que Donald Trump fuera a las Naciones Unidas a bloquear la institución y que la escalera mecánica del recinto lo bloqueara a él, que entiendo perfectamente que el mundo MAGA piense que se trate de una conspiración. Lo ocurrido es solo una anécdota irrelevante, pero los valedores de Trump consideran que fue un sabotaje en toda regla. De hecho, el propio presidente lo utilizó para ridiculizar la Asamblea General, sin el más mínimo pudor.

Mientras Stéphane Dujarric, portavoz de la ONU, explicaba que la escalera se debió de parar al tocar involuntariamente el botón de seguridad el cámara de vídeo de la Casa Blanca, que subía de espaldas, Karoline Leavitt, jefa de prensa del presidente norteamericano, consideró que nada era una casualidad y que habían querido sabotear la entrada en el edificio de Trump. Como decía un viejo periodista con más sentido del humor que talento: no dejes nunca que la realidad estropee una buena historia.
Es toda una metáfora que Trump bloquee la ONU y que la escalera mecánica lo bloqueara a él
Leavitt, que desconoce que un exceso de eficacia conduce a la inoperancia, anunció que pondría el caso en conocimiento de los agentes de la ley y el orden. “Si alguien intencionadamente ha parado la escalera mientras el presidente y la primera dama la utilizaban, tienen que ser despedidos e investigar de inmediato”. La Fox, que es capaz de convertir un troncho de col en una ópera, terció por boca de una de sus estrellas, como es Jess Watters: “Los han saboteado y han podido herir a la primera dama”. Pero Melania Trump no se inmutó y subió la escalera a pie y a buen paso, sin que se sintiera en peligro de caerse, aunque llevaba tacones de aguja. Las imágenes ofrecidas por las cadenas televisivas no engañan. Watters, que es un soldado trumpista, dispuesto a hacer méritos ante el cuartel general de los MAGA, escribió en X que lo que tiene que hacer Estados Unidos “es abandonar la ONU y bombardearla”.
Mark Twain, que se estudia en las escuelas estadounidenses, recomendó que los vicios, incluido los de mentir a propósito o soltar sandeces, no hay que tirarlos por la ventana, sino sacarlos por la escalera, peldaño a peldaño. Aunque sean mecánicas e incluso si no funcionan. Watters no fue ese día a clase.