Existe toda clase de teorías para intentar explicar el
auge de las derechas populistas entre los votantes de clases medias o bajas. Que si la inmigración, que si la falta de vivienda, que si ha habido superioridad moral de la izquierda… Al final todo es mucho más sencillo: si la Administración falla y no está a la altura de lo mínimo que debe ofrecer al ciudadano, este reacciona y traslada el enfado al único momento en que puede ejercer su libertad democrática, que no es otro que el del voto. En nuestra sección de Sociedad tenemos hoy dos ejemplos positivos –siempre intentando hacer un periodismo constructivo– de dos casos flagrantes de fracasos previos de nuestros gestores públicos.
Un anciano atendido en una residencia
El más importante afecta a las deficiencias en la aplicación de la ley de Dependencia, una muy buena iniciativa para mejorar las prestaciones de los más vulnerables, pero en la que la falta de recursos y la excesiva burocratización han provocado el efecto contrario. El comité de expertos de salud que trabaja bajo el nombre de Cairos por encargo del Govern ha puesto en marcha un plan piloto para recortar el tiempo estimado de valoración del grado de dependencia de año y medio a dos meses. Ahí es nada. Escuchar a Manel del Castillo, director gerente del hospital de Sant Joan de Déu, decir que el proceso actual es insostenible y que lo que pretenden no es simplificarlo , sino eliminarlo, es música para los oídos. A ver si lo logran.
Y el otro caso es el de Ignasi Muntanya, un recién jubilado que no podía cobrar su paga mensual por un error del sistema automatizado de la Seguridad Social. El hombre recurrió a la sección El contenidor de nuestra hermana RAC1 y después a nuestro diario para denunciar que la Administración le había reconocido el error, pero no podía subsanarlo hasta dentro de unos meses. Su denuncia pública motivó que fuera el propio director provincial del INSS en Barcelona quien le resolviera finalmente el expediente. El problema es que hay otros jubilados como Ignasi que pueden encontrarse en la misma situación.
De lo que se trata es de que el sistema funcione. Que la Administración no sea un ente abstracto y lejano, y que actúe con eficiencia. Seguro que habrá menos catalans emprenyats .