Podría producirse hoy un fenómeno como el #MeToo del 2017, en que miles de mujeres denunciaron públicamente a sus abusadores y provocaron una revolución social? La periodista de The New York Times Jodi Kantor, una de la ganadoras del Pulitzer por el caso Weinstein, tiene serias dudas sobre ello. Los pilares en los que se asentó el movimiento presentan graves grietas, están en fase de derribo o son ya escombros.
Kantor reflexionó el viernes en Barcelona, en el discurso de apertura del Congrés de Periodistes de Catalunya, sobre si su exclusiva tendría hoy el mismo impacto. “¿Y si antes de que se publicara nuestra investigación, Weinstein hubiera hecho una campaña de desinformación para desacreditarla? Ahora es fácil y barato”, planteó. “¿Nos habría creído el público con la misma convicción?”. Las encuestas confirman que el periodismo sufre un creciente desapego y que cada vez son más quienes se informan a través de redes sociales, donde los algoritmos premian el engagement por encima de la veracidad.
Las redes sociales fueron, precisamente, un factor clave en el #MeToo. “Ahora son muy diferentes a como eran en el 2017”, lamentó Kantor. En Twitter “se produjo aquel diálogo increíble, aquella confianza, aquel reconocimiento y compartir experiencias comunes que convirtió el movimiento #MeToo en algo tan poderoso. ¿Podría todo esto tener lugar ahora? No estoy segura”. La realidad es que Twitter ya ni existe. Elon Musk lo convirtió en X y lo puso al servicio de su ideología, con un algoritmo potenciador de desinformación y extremismo. Difícilmente las mujeres que denunciaron a sus acosadores en Twitter sentirían hoy que X es el lugar adecuado para romper su silencio e impulsar una ola de denuncias y solidaridad.
A todo ello hay que añadir el avance de la ideología de ultraderecha, que ridiculiza las luchas por la igualdad y la diversidad aplicándoles sin distinciones la etiqueta woke . ¿En medio de este revisionismo de avances sociales se hubiera logrado el consenso del 2017?
Tal y como había hecho la noche anterior en un encuentro con periodistas, Kantor destacó en su discurso que ya no se trata de defender el valor del periodismo, sino la verdad. “Lo que está en juego es mucho más grande. El progreso de las mujeres, el de todos, depende de tener la información correcta, de compartir una visión de la realidad”.