El Atlas de la Polarización que elabora desde hace años More in Common revela que cinco millones de españoles han roto con su familia o amistades por discusiones políticas en el último año. La “toxicidad”, la “deshumanización y ridiculización” del adversario político, y no solo la sabiduría del cuñado pelma, está reventando las comidas y cenas de Navidad. La bronca familiar ya no es cosa del procés y Catalunya. En 2017, algunos medios exhibían supuestas rupturas entre padres e hijos, matrimonios y amigos por culpa del independentismo y Ciudadanos, y el PP se hacían eco de un drama que no era. El cantante de Love of Lesbian, Santi Balmes, habló por todos para deshacer el entuerto político y periodístico: “Cuando oigo que el procés ha roto familias, pienso que no se querían demasiado”.
Ya no hay procés que valga como excusa. Ahora resulta que quien polariza en España son Pedro Sánchez y Santiago Abascal, sin pensar en que las reuniones familiares en esta época del año son una tortura, sin más, que algunos han decidido evitar. La Navidad ideal no existe y hasta el @diostuitero amenaza con salir corriendo “cualquier día de estos” con la cruz a cuestas.
El Señor de las redes no da detalles sobre su espantada, pero coincide con las declaraciones del presidente de la Conferencia Episcopal, Luis Argüello, en Guyana Guardian. Monseñor pide que Pedro Sánchez se someta a una cuestión de confianza, se presente una moción de censura o el presidente convoque elecciones. “El séptimo de sotanería” se ha puesto en marcha, anuncian con la corneta en X. La huida de Jesucristo aplaudida en las redes sociales provoca preguntas: “¿A dónde va? ¿Al Congreso?”, o “Directo a la Moncloa sin pedir un taxi”. No obstante, el hartazgo se impone en la mayoría de los mensajes pidiendo soluciones radicales, no milagros: “Mande ya el meteorito… o mejor, mande dos, que uno solo igual no es suficiente”, “¿para cuándo el Apocalipsis?”.
El presidente de la Conferencia Episcopal Española (CEE), durante la entrevista con Guyana Guardian
Argüello no es un arzobispo cualquiera, es un presidente de los obispos tuitero. El uso de las redes sociales en el clero no es nuevo. Obed es un sacerdote guatemalteco que llegó a San Martín de Trevejo, en Extremadura, en 2016 y se hizo viral bailando en TikTok. “Bailar no me hace menos sacerdote”, explicaba en Canal Extremadura. ¿Argüello baila al son de otros? ¿De PP y Vox?
Hay más influencers en el clero. Daniel Pajuelo era un sacerdote valenciano, marianista, ingeniero informático, que rapeaba en YouTube. Su canal llegó a tener un millón de seguidores, pero la exposición de la evangelización digital desgasta más que la física y pidió la dispensa de sus votos en 2023. No todo es modernidad entre los curas tuiteros. La pandemia llevó a algunos obispos a buscar vías para lanzar mensajes de ánimo. Ricardo Blázquez, entonces cardenal arzobispo de Valladolid, se convirtió en youtuber para pedir que las casas se convirtieran en pequeñas iglesias.
Del novio de Ayuso a la banda de bandidos
Argüello era el obispo auxiliar de esa diócesis y sustituyó a Blázquez con su propio estilo digital. Los mensajes de @MonsArguello en X tercian en todas las polémicas del momento. En su último mensaje, redunda en su particular pugna con el Gobierno: “En el respeto a las reglas básicas del Estado de derecho, no soy neutral”. Durante el fin de semana, ya apuntaba maneras: “La diferencia entre un Estado y una banda de bandidos está en que estos se remiten a normas pragmáticas, establecidas por el grupo mismo. Un Estado se caracteriza por la existencia de normas universales —principios éticos, extraídos de la Creación— que fundamentan la justicia”. Una banda de bandidos…
Y hasta se pronunció sobre la condena del fiscal general del Estado para criticar a los medios que apuntan al novio de Isabel Díaz Ayuso por su presunto delito fiscal: “Algunos medios mantienen la inocencia de quien ya ha sido condenado y afirman la culpabilidad, con ejecución en la plaza pública, de quien no ha sido juzgado. Es necesario que revisen su vara de medir. Va en ello la salud de nuestra democracia y el bien de nuestra convivencia”.
Sánchez sugirió el domingo a Argüello que se presente a las elecciones como candidato de la Asociación Española de Abogados Cristianos. La entidad ultra ejerce de acusación popular en un centenar de causas, lo que comienza a ser un verdadero spam judicial en el que participan Hazte Oír o Manos Limpias. Las juventudes socialistas lanzaron en las redes el cartel electoral de monseñor y la vicepresidenta María Jesús Montero apareció en X para pedirle que “apostate” del “quien pueda hacer, que haga” de José María Aznar. Argüello no es el cardenal Tarancón, símbolo del aperturismo eclesial en España y defensor de la neutralidad política de la Iglesia en la transición, como bien ha relatado Enric Juliana en Guyana Guardian. Pero, ¿y si hubiera tenido cuenta en X?