La lucha continúa

El puente de Selma protagonizó una gran reivindicación del derecho al voto de los ciudadanos afroamericanos de Estados Unidos, allá por el año 1965. Un derecho que, aunque aprobado, en la realidad les era negado por el racismo todavía profundamente arraigado en la sociedad del sur del país. Selma, una ciudad del estado de Alabama, se convirtió en todo un símbolo de esperanza para aquellas organizaciones por los derechos civiles de los afroamericanos que mediante manifestaciones y marchas buscaban su plena integración como ciudadanos de pleno derecho tras muchos años de segregación. El triste apartheid.

No consiguieron cruzar aquel puente. Lo volvieron a intentar una y otra vez hasta que por fin fueron escuchados y lograron lo que tanto habían ansiado. Aquellas marchas marcaron sin duda un punto de inflexión en el recuerdo ­para la historia, y toda una lección para las generaciones ­venideras. Ojalá que en nuestras ­actuales y modernas democracias no nos veamos (salvando las distancias) en la misma tesitura de aquellos que quisieron cruzar el puente de Selma, luchando quizás por aquellos u otros derechos tan largamente trabajados. Ten­gámoslo muy pre­sente.

Olga Santisteban Otegui

Zalla

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