Soy mujer, tengo 24 años y, por tanto, me he criado con la tecnología actual y los teléfonos inteligentes. Siempre he sabido darles su espacio sin depender de ellos. Pero observo a parientes cercanos, más jóvenes, que, al estar en familia o en un entorno que consideran poco estimulante, saben que viendo trescientos vídeos cortos el tiempo les parecerá más llevadero.
Es como un no saber aburrirse, un no saber despertar plácidamente y dejar margen a que el cerebro se active. Es una carga de información que no comprendo del todo. Es un no saber actuar desde lo personal. Creo que a mi generación y a las que vienen les costará mucho mantener unas relaciones sanas y duraderas. Siento una gran pena por esta carga de superficialidades que nos rodea.
Martina Canudas Arbizu
L’Hospitalet de Llobregat