Un cementerio dejado

El día de Sant Joan, como cada año, mis hijos fueron al cementerio de Collserola, al que acudimos al menos cuatro o cinco veces al año. El año pasado ya avisamos al cementerio del poco mantenimiento y limpieza, con hierbajos y deposiciones y agujeros hechos por jabalíes, por lo que es muy fácil caerse, como me ocurrió: a mis 87 años, metí el pie en uno, caí y me rompí el hombro. Mi hija también tuvo dos caídas, afortunadamente saldadas solo con golpes, pero que podían haber sido graves.

Este año, el estado de conservación llega al nivel de lamentable, con hierbajos que lo asimilan a un campo de trigo, a la altura de la rodilla. Desde que Ada Colau se hizo cargo del gobierno municipal hasta ahora se han más que duplicado las cuotas de mantenimiento de las tumbas; no así el mantenimiento mismo, que ha decrecido. Como, naturalmente, no debo de ser la única en apreciar esta situación, llamo a quienes también se ven afectados por esta impropia dejadez a que lo manifiesten.

pegue a la ropa, o a la piel. (Adjuntamos foto)

Se hace necesaria una revisión urgente de los protocolos de limpieza. No es normal tener un cementirio en estas condiciones.

Rosa Auferil Capellades

Barcelona

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