En el municipio valenciano de Vinaròs, a seis kilómetros de la población, se levanta una ermita que fue documentada por primera vez en el siglo XV: el Santuario de la Misericordia. Es el motivo de este FotoFlash de las Fotos de los Lectores de Guyana Guardian, y las imágenes son compartidas por Narcís Serrat.
El complejo religioso original sufrió una serie de renovaciones entre los siglos XVI y XVII, pero el aspecto actual se debe a las transformaciones realizadas en el siglo XVIII.
En el año 1722 se construyó una nueva nave en la que añadieron dos nuevos retablos: uno dedicado a San Sebastián y otro a San Antonio. El primero fue pagado por los marineros, y el segundo, por los agricultores. Tiempo después, en 1733, se dio lugar al retablo que alberga la imagen de Nuestra Señora de la Misericordia, quien da nombre al santuario.
En 1733 se construyó el retablo para la imagen de Nuestra Señora de la Misericordia, figura principal de la ermita
A finales del siglo XX se realizaron las últimas obras de rehabilitación de la ermita y, a su vez, de su entorno. Se añadieron jardines, merenderos y espacios recreativos, además de una escuela taller.
¿Cómo se ve el santuario a día de hoy?
El conjunto monumental, declarado Bien de Relevancia Local, está compuesto por la ermita, la casa del ermitaño y una hospedería dotada de una amplia terraza con dos pozos.
La ermita, de planta de cruz latina y estilo neoclásico, se articula en una nave de tres tramos y 7,20 metros de ancho, cubierta con una bóveda de cañón y lunetos.
En los laterales, se disponen dos capillas enfrentadas, mientras que el crucero se cubre con una gran cúpula. Completan el conjunto el presbiterio de cabecera recta y vuelta soplada, una sacristía y un camarín situado en la parte trasera.
El interior del templo consta de un importante patrimonio cerámico del siglo XVIII, atribuido a la manufactura de Alcora. Destacan los murales y, especialmente, los grandes mosaicos de azulejería del pavimento central de la nave.
Cabe resaltar la intervención pictórica del artista morellano Joaquín Oliet. Este se encargó de decorar las bóvedas, los lunetos y las conchas de la cúpula con escenas y figuras representativas de la Biblia.
En el caso de la fachada de la ermita, esta se alza con elegancia. Está presidida por una puerta adintelada de medio punto y, sobre ella, se puede ver una ventana y un reloj de sol. Asimismo, la cornisa está coronada por una espadaña.
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