* El autor forma parte de la comunidad de lectores de La Vanguardia
Para la psiquiatra Annie Birraux, la errancia en el adolescente es la noción de “ir de aquí para allá”, marchar sin destino y sin objetivo, errar por el mundo porque no encuentran respuestas a sus preguntas.
Puede manifestarse como una búsqueda de identidad, una forma de escapar de situaciones familiares o sociales difíciles o, simplemente, como una característica de la juventud en la sociedad actual.
El sistema sanitario debe prestar la debida atención a este colectivo de adolescentes errantes, escuchando y respondiendo a sus demandas aunque parezcan incongruentes, para intentar establecer un vínculo necesario y siempre con comprensión, respeto y prudencia a nivel somático y psíquico.
Tipos de errancia
- Escape o defensa: En algunos casos, la errancia puede ser una forma de escapar de situaciones familiares o sociales problemáticas, como la violencia, el abuso o la falta de oportunidades. También puede ser una forma de protegerse de experiencias traumáticas o de la presión social.
- Ordalia: Se juega el todo por el todo y se entrega a una prueba personal para comprobar una legitimidad de vivir que el vínculo social nunca le ha dado o que tiene la sensación de haberlo perdido. El juego de la muerte le hace sentirse en el mundo.
- Sacrificio: Abandona una parte de si mismo para salvar lo esencial de sí y puede hacerlo mediante escarificaciones, lastimándose, o toxicomanías, trastornos alimentarios, alcoholización.
- Blancura: Borramiento de sí mismo con desaparición de las imposiciones de la identidad. Lo hace a base de vagabundeos, sectas, pseudónimos, búsqueda del como, de la ausencia, de la descarga de sí mismo.
Este hecho de la errancia es esencialmente urbano. La gran ciudad es propicia para desaparecer en el anonimato pero con una cierta forma de protección , puesto que existen los squaters u okupas, las estaciones de ferrocarril o aeropuertos, los terrenos vagos o espacios vagos (definidos así por el arquitecto Solá-Morales), los jardines públicos y otras asociaciones que procuran una ayuda para el albergue y la comida.
Este hecho de la errancia es esencialmente urbano. La gran ciudad es propicia para desaparecer en el anonimato
En otro orden de cosas, en España hay casi 17.000 niños, niñas y adolescentes que viven en algún centro para menores de edad. La gran mayoría llegó a esas instalaciones de manera temporal, para protegerse de situaciones de abandono, maltrato, soledad o negligencia en los cuidados.

El gesto de poner los ojos en blanco es muy característico en la adolescencia.
La errancia en la literatura
“Tendemos a enfrentar utopía con el mundo, cuando de hecho son las utopías las que hacen el mundo tolerable; las mansiones que sueña son las que luego habita” (Lewis Mundorf).
Numerosos autores han cultivado con diversas miradas el tema errante y en algunas ocasiones se descubren a si mismos, desafian las normas, buscan la libertad, hacen criticas sociales y algunos buscan la naturaleza como refugio.
Algunos relatos, incluidas utopías, son de gran belleza literaria. Podemos citar a Cervantes, Guy de Maupassant, Yoshihiro Tatsumi, Jiang Guangci, Rubén Darío, Luis Cernuda, Jack Kerouac, Mark Twain, John Steinbeck, H.D Thoreau o Walt Whitman.
Motivos de la errancia adolescente
Entre las causas de la errancia podemos distinguir:
1. La pérdida del apoyo en su ambiente y puede encontrar dificultades como:
- Aprender nuevos códigos de relación social.
- Nuevos comportamientos.
- Relaciones nuevas, a veces forzadas.
- Sumisión.
2. Contexto traumático, rompiendo bruscamente con el mundo anterior. Hay que analizar los factores asociados:
- Traumáticos
- Psicológicos
- Tóxicos
- Psiquiátricos
3. Puede obedecer a beneficios secundarios.
- Sentimiento de libertad
- Final de rendir cuentas
- Evadir un conflicto
- -Poner distancia a un fracaso escolar o social

Adolescente emocionalmente afectada.
Enfoque socio-antropológico
Después de una primera fase de euforia inicial aparecen respuestas de:
- Agitación
- Intranquilidad
- Nerviosismo
Es debido a la distancia de la conflictividad psíquica con los motivos o mitos originarios.
- Desorganización psíquica por la adopción de la necesidad de nuevos códigos y conducta de supervivencia en la calle.
- Si llegan a unas situaciones de impasse son vividas como gestión consciente , deseada y esperada, relacionada con su pensamiento autónomo y subjetivo.
Evoluciones posibles
- Agotamiento, por fases: sobresaltos y recaídas, al servicio de procesos infantiles megalomaníacos. La pérdida del objeto de apego (amigo, mascota) es la pérdida de amor del objeto libremente elegido en su errancia a la inversa que la filiación impuesta pueda suponer.
- Retorno ex-abrupto, hacia los orígenes ( padres, cultura, religión) o a veces el suicidio.
Creación de un lazo de apego estabilizador
Está vivido como seguro y no amenazante con un proceso progresivo de reintegración social aceptando la diferencia y reconocimiento “del otro” en su singularidad y comprensión de la propia identidad a través del encuentro con “el otro”.
La alteridad es la capacidad de reconocer y comprender la existencia del “otro”, diferente, con sus propios características y perspectivas. Es fundamental para construir relaciones sociales basadas en la comprensión mutua y aceptación de la diversidad.

Un adolescente en la calle.
Temporalidades de la errancia
1. Primer periodo. Las derivadas del alejamiento, tiempo de aprendizajes y descubrimientos sin comprometer la ruptura. Poco a poco los tiempos de estabilización son cada vez mas breves y menos investidos (es decir confiriendo menos dignidad o importancia). Las fugas suelen coincidir con un suceso subjetivamente insoportable:
- Conflicto con los padres
- Ruptura amorosa
- Violencia familiar
- Violencia profesional o ruptura
2. Segundo periodo. Se desarrolla con sentimientos de pujanza y plenitud. Todas las afirmaciones caben el el adolescente:
- “Nadie puede decirme lo que debo hacer”
- “Eres tú quien decide en tu vida”
- “Hago lo que quiero cuando quiero”
- “Tengo mis actos de acuerdo con mis pensamientos”
Esta “luna de miel” puede durar algún tiempo, incluso años y con frecuencia hay un balance de vida que se verbaliza sobre un registro depresivo. La ruptura social suele acompañarse de dependencia a sustancias para soportar “el día a día” y por auto- desvalorización cada día mas invalidante si no encuentra apoyo.
Intervención terapéutica
El sistema sanitario debe prestar la debida atención a este colectivo de adolescentes errantes, escuchando y respondiendo a sus demandas aunque parezcan incongruentes, para intentar establecer un vínculo necesario y siempre con comprensión, respeto y prudencia. Es necesario crear un vínculo , reconocer la alteridad, buscar la expresión individualizada y personalizada de cada joven.
1. Prevención primaria
“Familia, escuela y adolescente deben ser tres ruedas que giren sincrónicamente”. Ante el progresivo desarrollo de la errancia hay que fomentar el retorno de los fugados apoyando el desarrollo de las competencias psico-sociales. Gran número de fugas de adolescente son de tipo reactivo y no suelen repetir si se trabaja debidamente. Es necesario el contexto de equilibrio familiar. La familia nunca debe “cerrar la puerta definitivamente”. Estas fugas en muchos casos son banalizadas e ignoradas y no se comunican. Es necesario que esta fuga sea conocida por la Institución Educativa y sea trabajada en conjunto.
Los diversos actores deben deliberar y decidir:
- ¿Acoger y maternar antes de cuestionar?
- ¿Cuestionar directamente?
- ¿Castigar con privación de salidas y dinero de bolsillo?
Ante la búsqueda de independencia y autonomía interesa desarrollar mas competencias psico-sociales para vivir mejor los fracasos seguidos sufridos y superar conflictos. Estas técnicas psico-sociales precisan empatía para establecer el vínculo con técnicas de escucha activa.
Carl Rogers nos habla de la escucha activa: “Consiste en transmitir a nuestro interlocutor un sentimiento de seguridad y confianza con el fin de que se abra mas y comunique mejor. El joven debe sentirse escuchado y comprendido antes de ser juzgado. Es preciso evitar prejuzgarle y facilitar sus comunicaciones.”
Siempre es mejor psicologizar que judicializar. Las competencias psicosociales “son la capacidad de una persona para responder con eficacia a las exigencias y a las pruebas de la vida cotidiana. La capacidad de mantener un estado de bienestar mental, adoptando un comportamiento apropiado y positivo en las relaciones con los demás , su propia cultura y su entorno” (OMS life skills education in schools, 1993). Diez competencias son identificadas y presentadas por parejas:
- Saber resolver los problemas / Saber tomar decisiones.
- Tener un pensamiento creativo / Tener un pensamiento crítico.
- Saber comunicar eficazmente / Ser hábil en las relaciones interpersonales.
- Tener conciencia de si mismo/Tener empatía para los otros.
- Saber controlar el estrés /Saber controlar las emociones.

Adolescente consultado el móvil.
2. Prevención secundaria
- Acompañar y acoger de modo incondicional, no vinculante.
- Estudiar los lugares de acogida para jóvenes, que no deben compartir espacios de adultos que en general están mas radicalizados.
- Códigos de anonimato y no indagar en la historia teniendo como interés el reinvestimiento subjetivo.
- La actitud al retorno de la fuga del adolescente debe responder a la lógica adaptativa del funcionamiento psíquico de los adolescentes y en clima de atención empática con las competencias del adolescentes en dificultad.
- Es necesario distinguir la obligación administrativa de declaración de fuga que viene a indicar la sustracción del acompañamiento de los adultos del movimiento psíquico que agita al adolescente en el momento de los hechos: encontrar un padre ,evitar un conflicto, saltarse códigos sociales, temer una sanción, violencia. Hay que reflexionar para no calificar superficialmente la situación sin comprender la realidad psico-patológica del adolescente.
- La diversidad de lugares de acogida es un factor de mantenimiento de la prevención de cuidado y de inserción social. Lo ideal es el funcionamiento en red, garantía de funcionamiento y cohesión interna.
Estudio somático y psíquico de un adolescente errante
“Cada persona es un ser único, irrepetible que merece un tratamiento individualizado y personalizado. Nunca será únicamente un dígito ni un número estadístico”. El joven errante debe tener una buena acogida, una ducha y atención a la mascota que suele acompañarles.
- Necesidades primarias: Alimentación , descanso , alojamiento, higiene cotidiana.
- Búsqueda de traumatismos antiguos como fracturas mal consolidadas, infecciones de tatuajes y piercing.
- Parasitosis de transmisión animal y humana.
- Mononucleosis, ornitosis, tuberculosis, VIH, VHC. Sífilis.
- Actualizaciones vacunales.
- Consumos y efectos secundarias.
- Antecedentes de embarazo, parto.
- Estado de los dientes
- Abscesos de puntos de infección.
- Lesiones en venas.
- Exploración del estado psicopatológico: discordancias , alucinaciones, rupturas, impulsividad, pérdidas cognitivas ligadas a la toma de alucinógenos. Historia de consumos.
Estimular la resiliencia
Algunas recomendaciones para estimular la resiliencia son:
- Primun non nocere: “primero no hacer daño”.
- No categorizar ni etiquetar, ni hacer juicios definitivos.
- Un diagnóstico precoz no es un juicio definitivo.
- No ver solo problemas sino movilizar servicios y estrategias para resolverlos.
- Estudiar las mejores actitudes y desarrollarlas.
- No tener en cuenta solamente signos físicos o mentales.
- Aceptar a las personas aunque no aceptemos su comportamiento.
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