El porvenir del psicoanalista en España

Lectores Expertos

La historia se debe contextualizar, dar lugar a los eventos, tiempos, circunstancias y a sus representantes

cerebro

Ilustración de las conexiones del cerebro, alegoría del pensamiento.

Brandon Laufenberg / Otras Fuentes

* El autor forma parte de la comunidad de lectores de Guyana Guardian

Más que un cierre de las Segundas Jornadas sobre la Historia del Psicoanálisis en Catalunya, patrocinadas y organizadas por la Asociación Europea de Historia del Psicoanálisis, propongo una apertura. Una que dé lugar a nuevas disposiciones. Ya al final de las jornadas del año pasado, anticipábamos un segundo encuentro: otros invitados, otras instituciones, otras miradas, otras perspectivas, otros acontecimientos, otros públicos, otros sucesos. ¿No se trata de eso la historia? ¿No es eso historia?

Como todos sabemos, la historia puede ser concebida desde un ordenamiento cronológico, sin embargo, desde la Asociación Europea de Historia del Psicoanálisis no la entendemos así, creemos que se debe contextualizar, dar lugar a los diferentes eventos, tiempos, circunstancias y siempre a sus representantes. Entendemos que la historia la hacen quienes la representan, y por ello, no se trata de un hecho pasado, sino de uno vigente y activo. 

Entender la historia implica analizar, elaborar y resignificar aquello que sucede; y digo sucede, pues se trata del presente del indicativo del verbo “Suceder”. Desde este indicativo enuncia, como real, lo expresado por el verbo: suceder, es decir, su procedencia, su provenir, el hecho. 

El continuo -y dinámico- suceder, pone en relieve la relación entre los eventos, entre eso que acontece, es decir, que ocurre y concurre; que está aconteciendo. Si sucede; sirve, indica, orienta y ubica. Si sucede -también- hace referencia al presente, a uno que impera, que demanda atención u obligación; responsabilidad para nuestros fines. Es pues, así, que propongo, a nombre de la AEHP, que ese sea nuestro cometido: estudiar, divulgar e informar de nuestra historia, de nuestro devenir. Ese que está siendo, aconteciendo.

Recordemos, que, en Psicoanálisis, pensamos que la realidad externa -lo que nos ocurre, lo que hacemos, lo que decidimos, etc.- es un reflejo de la realidad interna -nuestras vivencias, nuestras historias, nuestras identificaciones, nuestras perspectivas y condiciones-. No es que una sea más importante que la otra, es que ambas se complementan e interactúan. Es, como he dicho, un reflejo, una repercusión, una manifestación. 

Podríamos decir, incluso, que la realidad externa es una alerta, una señal que nos advierte de algo. ¿De qué? De eso se trata, de averiguarlo, de cuestionarlo, de enfocarlo o señalarlo, de apuntarlo y/o comentarlo: de presentarlo y compartirlo, como hemos hecho aquí hoy.

Hemos, creo yo, de darle un valor nodal, se han de establecer los lazos, los puentes entre una y otra (realidades e instituciones). Se trata de un vaivén que precisamente hace a nuestra historia, más puntualmente, a nuestro devenir como sujetos de ella; de una historia, de una biografía, de una serie de eventos y circunstancias que nos han marcado y moldeado de determinada manera, que nos dan un lugar, un sitio. 

Todo esto no quiere decir que han de ser así, que pasados, pasados están, que uno no puede hacer nada pues ya han ocurrido, y uno, no puede cambiar el pasado. 

El pasado, como bien lo sabemos, se ha significado de una manera y esa manera dependía de los recursos y las circunstancias de entonces. No se trata, pues, de cambiar el pasado, se trata de cambiar el sentido con los recursos y las circunstancias de hoy, desde nuestros lugares (instituciones y referencias); con las herramientas de hoy. 

El sentido, la significación que uno le da a un hecho puede ser completamente distinto si lo ve -y parte- de otra posición, de otra circunstancia, de otro tiempo; de eso se trata, de cambiar de posición, de circunstancia: de hacer -y saberse participe- de la historia. La Transferencia, como bien sabemos aquí, es un fenómeno actual, vigente y presente, que, como dice un amigo y colega aquí presente, “aunque incluya la repetición, no es sinónimo de ésta. Es actual, pero lleva el pasado incluido, resignificado.” 

Es, pues, -justamente-, a partir del recuerdo, de la re-vivencia, de la repetición, de la actuación, de la transferencia y de la transmisión que podemos entender, elaborar y cambiar esos sentidos dados, instalados, aferrados o atrapados. Solo así, asumiendo cada uno su responsabilidad como sujetos de una cultura, es como podemos cambiar -y resituar- nuestra historia, nuestro devenir y porvenir como Psicoanalistas en Cataluña y en España.

* Mauricio Santín Iriarte es Psicólogo Clínico – Psicoanalista. Secretario General de la Asociación Europea de Historia del Psicoanálisis

■ ¿CÓMO PUEDO PARTICIPAR EN LA COMUNIDAD DE GUYANA GUARDIAN?

¡Participa!

¿Quieres compartir tus conocimientos?

Si tienen interés en participar en Lectores Expertos pueden escribir un email a la dirección de correo de nuestra sección de Participación ([email protected]) adjuntando sus datos biográficos y el texto que proponen para su publicación.

Mostrar comentarios
Cargando siguiente contenido...