Aznar sugiere que Sánchez acabará en la cárcel “por pactar una amnistía con delincuentes”

XXI congreso nacional del PP

Los expresidentes del PP sellan con Feijóo la foto de unidad que el PSOE no puede exhibir

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Aznar, Feijóo y Rajoy, en la primera jornada del congreso del PP

Dani Duch / Propias

El expresidente del Gobierno y del PP José María Aznar no se ha guardado nada en su intervención durante el  congreso nacional del Partido Popular. En una intervención de alto voltaje político, ha encendido al auditorio de Ifema con una retórica afilada y sin concesiones al sanchismo que ha redondeado con una grave advertencia a Pedro Sánchez: “Si negocias presupuestos en una prisión y pactas una amnistía con delincuentes, no te extrañe acabar en una cárcel, porque ese es tu ambiente”.

La frase no ha sido un exabrupto aislado, o una ocurrencia puntual. Sino el vértice de un discurso que ha descrito la gestión del actual presidente del Gobierno como una “golfería estructural” y una “crónica de sucesos”. “No se trata de tres o cuatro golfos —Koldo, Ábalos, Aldama y Cerdán—, sino de una forma de ejercer el poder con desprecio a la ley y al sentido común”, ha espetado.

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Feijóo (c) se saltado el guión y ha intervenido en el congreso del PP para presentar las intervenciones de Aznar (i) y Rajoy (d) 

Dani Duch

Fiel a su estilo acerado y sin matices, Aznar cargó con dureza contra el PSOE y lo ha acusado de haber degradado deliberadamente las instituciones. Según el expresidente, el país no ha llegado a su actual estado de deterioro por casualidad, sino porque, en sus palabras, “un socialismo en decadencia se dedicó a mentir mucho, a robar mucho y a comprometer mucho el futuro de España”.

Las referencias al caso Koldo, a la amnistía y a los acuerdos con los líderes del procés han dominado buena parte de su discurso. A su juicio, el Gobierno no solo ha perdonado delitos, sino que incluso “ha pedido perdón a los delincuentes”, algo que, denunció, ha hecho “en nombre de sus víctimas, es decir, de todos nosotros. Sin permiso y sin vergüenza”.

Pero el vallisoletano no se ha quedado ahí. Y ha ido más allá en su crítica afirmando que “para el sanchismo no hay reinserción posible porque se empeña en delinquir con agravantes”. Por ello, sostiene, el cambio que necesita España pasa por lograr que “los delincuentes abandonen los despachos donde legislan y terminen en la cárcel, donde —dijo— debería aplicárseles la ley”. 

Consciente del momento político, Aznar no se ha limitado a agitar el pasado, sino que ha planteado lo que considera una tarea urgente: sentar las bases para refundar la convivencia constitucional en España, en lugar de limitarse simplemente a reiniciar el partido.

Rajoy contrasta con Aznar  por estilo y estrategia

Si Aznar ha elegido la artillería política y el lenguaje incendiario, Mariano Rajoy ha optado por un discurso más institucional, menos áspero en las formas y sin apenas referencias directas a los escándalos de corrupción que salpican al PSOE. El gallego ha evitado adentrarse en ese terreno, quizás consciente de que su etapa al frente del Gobierno terminó precisamente tras una moción de censura que tuvo como detonante los casos Gürtel, Púnica o Lezo. Y frente al vendaval verbal de Aznar, Rajoy ha reclamado al Partido Popular que no caiga en la tentación de responder al sanchismo con otro extremismo. “El PP es la única esperanza de los españoles”, ha afirmado ensalzando la unidad interna como seña de identidad frente a un PSOE a la defensiva.

Aunque también ha acusado al Gobierno de estar “atrincherado” y ha reconocido que la falta de presupuestos es una confesión de fracaso, Rajoy ha reivindicado las reformas legales de su mandato frente a los ataques actuales a la independencia judicial, y pidió a los suyos centrar el congreso en ideas y propuestas: “Nos hemos reunido para decir a la sociedad que tenga esperanza, que el cambio está cerca y que el PP está preparado”. 

El PP se olvida de Pablo Casado en su imagen de unidad

Rompiendo el guion previsto, el presidente del PP, Alberto Núñez Feijóo, ha subido al escenario del congreso para presentar personalmente a José María Aznar y Mariano Rajoy. Una aparición a tres que ha convertido la unidad intergeneracional en mensaje político.

“Son dos consejeros y amigos que están dispuestos a servir a su país”, ha proclamado Feijóo, visiblemente orgulloso del legado de sus predecesores, a quienes reivindica como ejemplo de cohesión frente al PSOE. La frase “el Partido Popular sí puede invitar a todos sus expresidentes, porque sus expresidentes sí se sienten representados por su líder” fue seguida de una ovación atronadora que parecía buscar eco en la sede socialista de Ferraz, donde la relación entre Pedro Sánchez y Felipe González permanece varada en el desencuentro.

Del olvido deliberado de Pablo Casado no se ha dicho nada. Pero a nadie le ha importado.

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