La ikurriña ya ondea en el palacete de la avenida Marceau de París, un edificio que le fue restituido al PNV en virtud de la ley de memoria histórica. La formación jeltzale ha tomado posesión de forma oficial de la finca este sábado en un acto que ha contado con la presencia del lehendakari Imanol Pradales. Con todo, sigue siendo una incógnita que uso tendrá el histórico edificio.
Pradales ha sido el invitado de honor de una ceremonia en la que también estaban presentes centenares de asistentes y que ha estado dirigida por el actual presidente del PNV, Aitor Esteban, así como su predecesor, Andoni Ortuzar.

Foto de familia del PNV ante el palacete de París
Después de que el lehendakari cortara de forma simbólica una cinta que reabría la puerta de un edificio que en 1951 los tribunales franceses atribuyeron al régimen franquista y que, desde entonces, reclama el partido nacionalista, han sido Ortuzar y Esteban quienes han tomado la palabra. “Este edificio siempre estuvo al servicio del pueblo vasco y, lehendakari, si fuera necesario lo estará”, ha asegurado Esteban dirigiéndose a Pradales.
El presidente del PNV ha glosado la historia del edificio, atribuyó su propiedad a “la constancia” del partido y lo situó en una perspectiva de futuro, pero sin dar detalles. “Esta institución no es pasado, es sobre todo futuro para las nuevas generaciones vascas, para quienes se sientan interpelados por su país (...) Es el fruto del compromiso de muchas generaciones de vascos, político y cívico, un ejemplo que vale la pena emular, son los valores defendidos por el PNV en tiempos difíciles, en tiempos de autoritarismos”, ha agregado. Valores, ha proseguido, que “son hoy más necesarios” en un momento en el que “el mundo necesita partidos como el PNV”.
“La democracia no puede ser la ley del más fuerte”, ha apuntado Esteban, que ha criticado los conflictos de Palestina y Ucrania y los ha comparado con los tiempos en los que sus antecesores lucharon contra el nazismo y el franquismo, una lucha simbolizada en el edificio señorial del siglo XIX, de unos 1.300 metros cuadrados, situado en pleno centro de la capital frente a la Embajada española.
Tras el exilio, el edificio, que había sido adquirido con aportaciones de militantes del PNV, albergó el Gobierno vasco dirigido por José Antonio Aguirre, pero en 1940 fue requisado por el ocupante nazi.
Fue recuperado de forma provisional en 1944 y sirvió de acicate para instituciones europeístas, hasta que una sentencia de un tribunal francés ordenó entregárselo al régimen franquista en 1951. “Una mancha en el expediente francés”, ha indicado Esteban, mientras Ortuzar lo ha atribuido “al chantaje del franquismo a la entonces débil democracia francesa”.
En los últimos años albergaba la biblioteca Octavio Paz del Instituto Cervantes en París, que abandonó el lugar hace unos meses.
Esteban ha querido agradecer a todos los que de una manera u otra han permitido que el edificio volviera a manos del PNV, “incluidas personas de la administración central” que no ha citado porque “saben quienes son”.
Restituido a finales del 2024, la medida provocó duras críticas del Partido Popular y de Vox, que Esteban consideró “dignos herederos del franquismo”. “No lo vamos a olvidar nunca”, ha afirmado al respecto el presidente del partido.
Ortuzar, a su vez, ha considerado “una victoria” la devolución de un edificio y que es “un acto de justicia, de reparación y de memoria”. “En tiempos en los que la fuerza se impone a la justicia y en los que triunfa la 'realpolitik', el caso de la avenida Marceau demuestra que a veces los buenos ganamos a los malos”, ha dicho el expresidente del PNV, uno de los más activos en la reivindicación del edificio. Pradales, por su parte, no ha intervenido en un acto considerado de partido.