Pedro Sánchez y Carles Puigdemont están tan lejos que ni siquiera la estancia del presidente del Gobierno en Bruselas por el Consejo Europeo los acercó físicamente. La “oportunidad histórica” con la que el líder de Junts justificó el pacto con el PSOE para investir a Sánchez iba acompañada del requisito “o hechos o nada” y en las filas posconvergentes creen que el resultado dos años después ha sido “nada”. Se aprobó la ley de Amnistía, se pactó la transferencia de las competencias en inmigración y se trabajó por la oficialidad del catalán en la UE, sí; pero, a la práctica, “nada”.
Nogueras, Puigdemont y Batet, en una reunión de Junts
Sánchez elude responsabilidades. La consecución de los acuerdos no está solo en manos del Gobierno y Junts lo sabía. Aun así, el presidente no puede alegar desconocimiento del malestar en las filas posconvergentes. Puigdemont no hace ghosting . Los avisos han sido reiterados: en la mesa de negociación de Ginebra, antes ante Santos Cerdán y ahora ante José Luis Rodríguez Zapatero; en el Congreso, a través de Miriam Nogueras, y en todas las negociaciones sectoriales.
La Moncloa los ha ido minimizando por necesidad. Ante cada ultimátum, en Junts veían cómo el Gobierno se movía, o decía que se movería, y, luego, “nada”. Esta semana, Sánchez ha asumido el nuevo escenario. “Yo qué quiere que le diga”, respondió a botepronto al aviso de Nogueras de que “quizás ha llegado la hora del cambio”. La advertencia no suena igual si lo oyes por boca del traductor y el pinganillo –la portavoz de Junts es seca en palabras y formas–, pero surtió efecto. Diferentes ministros enviaron de nuevo el mensaje: “Dicen que se mueven”; y se vio a Sánchez el jueves por la tarde en un aparte con Friedrich Merz. A la foto le siguió 24 horas después un comunicado en el que España y Alemania acuerdan “abrir un diálogo” para dar salida al reconocimiento del catalán como oficial en la UE.
El pacto Sánchez-Merz por el catalán en la UE alimenta a Junts y arrincona a Feijóo
Sánchez le ha ganado otra partida europea a Alberto Núñez Feijóo al lograr el favor del canciller. Merz ha pasado en un mes de vetar el debate e ironizar con una IA que sustituya a los traductores, a “encontrar una respuesta” a la demanda de Sánchez. La partida entre España y Alemania no es política interna.
Hay más gestos del Gobierno en marcha, pero está por ver si son suficientes para que Puigdemont considere innecesario poner sobre la mesa una consulta en Junts sobre el pacto con el PSOE. Dirigentes del partido lamentan que los socialistas actúen como un comité de campaña permanente y las reuniones solo sirvan para “comprar tiempo”.
El expresident se siente responsable del pacto de Bruselas aunque no aparezca su firma. Es un pacto sin logos de partido y sin foto. Pero el líder de Junts sí quiere que, llegado el caso, se visualice solemnemente una ruptura aunque no cambie la realidad de fondo. Se pondría fin a las reuniones en Ginebra y la operación de Sánchez de presentar presupuestos nacería muerta. Con la legislatura atascada, Puigdemont dijo hace un año que “lo normal”, si no hay cuentas, es convocar elecciones. El dueño del calendario es Sánchez.
Hace meses que Puigdemont ajusta la estrategia de Junts hacia el “centro” y se moviliza al partido para un escenario electoral. El desgaste, temen, lo sufrirían en primera instancia los alcaldes de Junts, con necesidades heterogéneas. Aliança Catalana aprieta en la C-25, el PSC en el sur… La proposición de ley de Junts para luchar contra la multirreincidencia lleva desde febrero en el limbo parlamentario, la ejecución presupuestaria sigue a años luz de la de Madrid, y, en Catalunya, los problemas de visibilidad de Junts en el Parlament se cronifican. Es Salvador Illa quien confronta con Sílvia Orriols y ERC quien presiona por un sistema de financiación cada vez menos singular.
Hacienda hace malabares ante el próximo Consejo de Política Fiscal y Financiera. Propone eliminar el sistema de entregas a cuenta y sustituye la ordinalidad por una serie de valores manejables para evitar una revuelta del PP. El CIS andaluz pregunta desde marzo sobre la financiación y la condonación de la deuda de Catalunya. Más del 60% cree que es negativo para los andaluces. Y M.ª Jesús Montero, candidata, toma nota.
