Leire Díez se ha presentado ante la opinión pública como una periodista que pretendía escribir un libro sobre diversos casos de corrupción. Pero Díez ya es conocida como la “fontanera” del PSOE. Esta mañana declarará ante el juez titular del juzgado de instrucción número nueve de Madrid como investigada por los supuestos delitos de cohecho y tráfico de influencias.
La Fiscalía considera que Díez puedo incurrir en esas conductas delictivas al “presentarse a sí misma como representante cualificada del PSOE al efecto de neutralizar determinados procedimientos judiciales mediante la descalificación de los funcionarios de la Policía Judicial, concretamente a la UCO, o de la Fiscalía”.
Lo que el juez investiga es si Díez trató de comprar “con beneficios procesales o profesionales” a empresarios y fiscales a cambio de información para atacar a miembros de la Guardia Civil y del Ministerio Público.
Según consta en autos, Díez habría mantenido tres reuniones cuyo objetivo consistía en “denigrar a las dos instituciones mencionadas, la UCO y la Fiscalía Anticorrupción, provocando así nulidades y descrédito de los investigadores oficiales” en determinados pleitos.
La primera de esas reuniones tuvo lugar en febrero de este año. En ese encuentro, acaecido en un despacho de Madrid, Díez “intentó convencer al empresario Alejandro Hamlyn de que le facilitase información negativa acerca del jefe del departamento de delincuencia económica de la UCO”, Antonio Balas.
Díez no estuvo presente físicamente en la segunda de las reuniones, pero los investigadores creen que fue quien la ideó. Ocurrió el 27 de febrero. El fiscal José Grinda acudió a la llamada de un amigo, Pere Rusiñol, en el mercado Barceló de Madrid. Rusiñol entregó un papel a Grinda en el que se planteaba que si “facilitaba secretos supuestamente comprometedores de su jefe y archivaba siete causas -Pujol, 3%, ZED, Aiguas de Girona y otros- se le daría un destino en el extranjero” y otras ventajas. “Se añadía que el acuerdo estaría avalado por las más altas instituciones o personas del Estado”.
A Grinda, que no pudo quedarse con el papel, se le transmitió de Díez era la “valedora de la operación”. Grinda denunció los hechos. Lo mismo que hizo el fiscal Ignacio Stampa, el protagonista de la tercera de las reuniones, que tuvo lugar el pasado 3 de junio.
Leire Díez durante una rueda de prensa, en el Hotel Novotel, a 4 de junio de 2025, en Madrid
“El 30 de abril una persona de mi confianza me trasladó el interés del Gobierno de la Nación en contactar conmigo”, relata Stampa en su denuncia. Añade que se le comunicó que la reunión sería con “el empresario Javier Pérez Dolset y el secretario de Organización del PSOE, Santos Cerdán”.
“Perplejo”, Stampa acudió al encuentro el 7 de mayo, pero en lugar de Cerdán “apareció una mujer que se presentó con el nombre de Leire” y dijo ser “la persona que ha puesto el PSOE para saber qué hay detrás de todo esto”.
“Cuándo, además de para qué me llamaban, pregunté por qué ahora, Pérez Dolset expresó que ‘cuando salió la imputación de Begoña, Leire le llamó porque el presidente había dado orden de limpiar, sin límite’ y que’ la situación hay que revertirla, caiga quien caiga, y eso es lo que ha dicho el presidente'”, agrega el fiscal en su denuncia.
Díez manifestó también: “Soy una mano derecha que nunca va a aparecer”, según se desprende del audio de esa reunión con Stampa, que se hizo público la semana pasada. Pero Díez ya ha aparecido y hoy tendrá que dar explicaciones ante el juez, que también ha citado, en este caso como testigo, a Pérez Dolset, quien estuvo presente en la primera de las reuniones con Hamlyn y que es el principal investigado en la causa ZED.



