La prisión incondicional y sin fianza para el exministro de Transportes José Luis Ábalos y su exasesor Koldo García acordada por el Tribunal Supremo no es una buena noticia para el partido socialista.
En los últimos días, el antiguo hombre de confianza de Pedro Sánchez ya estaba mostrando signos de nerviosismo ante la posibilidad de acabar la cárcel, al igual que Koldo García. De ahí que empezaron a publicar informaciones contra miembros del Gobierno. Su prisión, impulsada por la Fiscalía Anticorrupción, se podría ver como una vía para cerrarles la boca.
El exministro José Luis Ábalos sale del Tribunal Supremo en coche policial tras decretar el juez prisión sin fianza
El magistrado Leopoldo Puente sospecha que el exsocialista esconde dinero en el extranjero
Sin embargo, esto no impide que la inquietud en el partido aumente al tempo que da alas al PP para seguir con su política de desgaste contra el partido socialista. Como muestra la convocatoria lanzada por Alberto Núñez Feijóo este domingo en Madrid contra la corrupción en el Gobierno.
Una muestra del efecto que habrá podido tener enviar a Ábalos y García al centro penitenciario de Soto del Real se testará hoy con la declaración que debe prestar el exasesor ante el juez de la Audiencia Nacional Ismael Moreno, que investiga, entre otras cosas, la compra de mascarillas a la empresa de Víctor de Aldama por el Gobierno de Canarias, en la época de Ángel Víctor Torres.
Aldama, a la carga contra Torres
l empresario y presunto comisionista del caso Koldo, Víctor de Aldama, declaró ayer en la Audiencia Nacional –donde hoy también declarará el propio Koldo para el mismo caso– y volvió a señalar al actual ministro y, en aquel momento, presidente de Canarias, Ángel Víctor Torres. “Debería estar preocupado”, dijo al salir. Según el testimonio de Aldama, Torres quería que la compañía Plus Ultra transportara mascarillas a las islas durante la pandemia. Para Aldama este interés estaba relacionado con las presiones que ejercía el expresidente del Gobierno José Luis Rodríguez Zapatero para que se rescatara a la aerolínea. Aldama ha situado a Torres en sucesivas declaraciones en diversos escenarios vinculados a la corrupción pero el último informe entregado al juez por la Guardia Civil le eximía de cualquier responsabilidad en actividades ilegales. Ayer, el ministro replicó que es Aldama quien “debería estar preocupado” por las investigaciones en curso.
Hasta ahora, García ha optado por el silencio y por negar cualquier hecho ilícito, por lo menos en sede judicial. Sin embargo, hoy tendrá en sus manos a un ministro del actual Gobierno.
Al juez del Supremo que investiga el caso Koldo, Leopoldo Puente, no le ha temblado el pulso a la hora de enviar a la cárcel ambos y en particular a un diputado, actualmente en el grupo Mixto. Es la primera vez que ocurre, ya que en algunos de los encasados por el procés fueron designados diputados cuando ya estaban encarcelados.
El magistrado estima que ahora el riesgo de fuga es “extremo” ya que se ha concluido la instrucción, que en pocos meses se va a celebrar el juicio, que se enfrenta a una pena de por lo menos diez años de cárcel, que tiene otras causas pendientes y con mucha probabilidad esconda dinero en el extranjero.
Con todos estos argumentos, Ábalos y García quedarán en prisión hasta que arranque el juicio por la primera de las piezas por las que son investigados que es la adjudicación de contratos al empresario Aldama, a través de su sociedad Soluciones de Gestión, a cambio de mordidas en forma de dinero en metálico mensual (unos 10.000 euros), pago de vacaciones y pisos (como el de la amante de Ábalos, Jésica Rodríguez). Por estos hechos, la Fiscalía Anticorrupción pide 24 años de prisión para el exministro y 19 años para su fiel escudero.
Ambos intentaron ayer, sin ningún éxito, evitar la cárcel alegando en una comparecencia ante el juez que tienen hijos pequeños y en el caso de García una madre dependiente. Ábalos incluso argumentó que en caso de encarcelamiento perdería su único sustento económico porque deja de cobrar su salario como diputado, necesario para mantener a su familia. Los dos aseguraron que no tenían dónde fugarse. Nada de esto convenció a Puente.
El punto más peliagudo era el hecho de la pérdida de representanción parlamentaria de Ábalos porque al ingresar en la cárcel pierde el derecho a votar en las sesiones parlamentarias aunque no pierde su escaño.
Pero el juez lo ha resuelto jurídicamente: “es evidente que la decisión aquí adoptada no lo cercena o menoscaba” su derecho fundamental. En cualquier caso, “los efectos que pueda proyectar la prisión provisional de Ábalos sobre su actividad parlamentaria es decisión que corresponde adoptar al Congreso de los Diputados en aplicación del Reglamento que lo regula”, solventa.
En su artículo 21, el reglamento establece que si un parlamentario va a la cárcel “queda suspendido de sus derechos y deberes parlamentarios”. Eso supone que Ábalos no podrá asistir a los plenos, ni votar, ni participar en las comisiones, ni tampoco registrar iniciativas.Tampoco podrá percibir su sueldo, ni los complementos, ni las dietas previstas por razón de su cargo. La presidenta de la cámara baja se comunicó ayer mismo con el Supremo para iniciar el trámite para el acuerdo de Mesa de suspensión de sus actividades como diputado.
Para el juez, que Ábalos mantenga el suelo no es óbice para que no se fugue: “mal puede entenderse en esas circunstancias que la percepción de dicho salario le vincule de particular manera estable a nuestro país”. La tesis de Puente es que el exministro y exsecretario de Organización del PSOE esconde dinero fuera. “Resultan más que evidentes los contactos internacionales de los que Ábalos dispone”, además de tener inmuebles en determinados países hispanoamericanos; y ser socio fundador de la fundación Fiadelso. El juez alerta que alguno de sus hijos le ha ido enviado dinero “al parecer” desde el extranjero”. Para Puente, no hay razón alguna para considerar que esos mismos fondos, en uno u otro concepto, podrían volver a serle proporcionados a Ábalos “con el propósito de facilitar o contribuir a la fuga”.