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Paula Malia: “Cuando dejo de hacer un personaje, le digo adiós y paso un duelo”

Entrevista

La actriz está rodando la nueva ‘sitcom’ de TV3, ‘La casa nostra’, donde interpreta a una vecina superdotada que todo lo entiende de manera literal

Versió en catala, aquí

La actriz Paula Malia está inmersa en el rodaje de la sitcom 'La casa nostra'

Àlex Garcia

Paula Malia (Barcelona, 1990) se define como actriz, pero encima de un escenario o ante una cámara puede hacer todo el que se proponga, como hacer reír o llorar, y cantar y bailar. Ha estado presente en la pequeña pantalla con las cuatro temporadas de la serie Valeria, y en el escenario del TNC como protagonista del musical Ànima. Además, presentó los premios Gaudí y este julio también ha sido la presentadora de los premios del suplemento Quèfem?. Hablamos con ella buscando un agujero en un descanso de la nueva serie que está rodando, La casa nostra, de Dani de la Orden y Oriol Pérez.

¿Cómo va el rodaje de la nueva sitcom de TV3?

Esta semana acabamos de rodar la primera temporada, y a partir de septiembre empezamos con la segunda, que acabaremos en diciembre.

¿Cuándo se emitirá?

En principio, en otoño. La primera temporada son 14 capítulos, de unos 20-25 minutos.

¿Se graba con público?

Sí, y es muy curioso. Rodamos un capítulo a la semana entre el lunes y martes, y los martes tenemos público en el plató. Yo no lo había hecho nunca y es toda una experiencia.

En la ‘sitcom’, interpreto a una chica que sabe dividir un átomo pero no sabe hacer una tortilla de patatas”

Contributing WriterActriz

¿Es como teatro grabado?

Exacto, pero sigues teniendo el código audiovisual. Quiero decir que al final la gente ve un rodaje. Cada semana nos preparamos un capítulo, entonces en algún momento nos equivocamos, en algún momento paramos. Y todo es muy rápido, vamos con muchísima prisa... Creo que lo que es bonito es ver la experiencia de lo que es un rodaje.

¿Pero con un punto más teatral?

Sí, porque las cámaras no entran dentro del set, sino que se quedan fuera, y el tono de la sitcom es de comedia, con un toque semiteatral.

Paula Malia fue la presentadora de la fiesta de los premios Quèfem?

Àlex Garcia / Propias

¿Dónde ocurre?

Siempre son los mismos tres sets. Está el piso del protagonista, Marc Rius, que interpreta el personaje de Miki, que vive en el piso de sus padres; está el piso de las vecinas, que somos Betsy Túrnez y yo; y después tenemos el bar. Además, hay un set de variables que es el más divertido, porque hay días que es un hospital, una azotea... Los estudios están en Sant Just Desvern y, aunque ahora ya lo tenemos lleno, quien quiera venir de público se puede apuntar para la segunda temporada en la web de TV3.

¿Cómo es su personaje?

Es una chica superdotada, con altas capacidades, pero también es muy infantil. Justo ahora, se va de casa de sus padres para salir de la burbuja donde ha vivido siempre y empezar a entender el mundo real de una persona de 30-35 años. Es una chica que no entiende la ironía ni las con­venciones sociales, y eso da pie a una serie de malentendidos y situaciones cómicas. Sabe dividir un átomo en dos, pero no sabe hacer una tortilla de patatas.

Recuerda a Sheldon de The big bang theory.

Sí, tiene un punto diferente, quizá menos apretado, porque convive con muchos personajes estrambóticos. Pero sí, ella, aunque tiene cinco carreras y tres másters, no deja de ser una extraterrestre. Todo se lo toma de manera literal, y eso es muy cómico. Y es muy gustoso de interpretar.

Con Carmen de ‘Valeria’ han sido cinco años con un mismo personaje, y eso no me había pasado nunca”

Contributing WriterActriz

¿Cómo es el protagonista?

Es un periodista un poco frustrado porque hasta ahora no le ha ido muy bien. Cuando se lo piden, escribe artículos en un diario local, pero él aspira a trabajar en la tele en Col·lapse. Le pide matrimonio a su pareja, que es el personaje de Rut que interpreta Núria Casas, y justo entonces ella lo deja. Y aparte de todo eso, sus padres, que interpretan Llum Barrera y Albert Ribalta y que están separados, deciden volver a vivir juntos en el piso que se había quedado él. Por otra parte, Miki comparte piso con su mejor amigo, que lo interpreta Adrian Grösser y que es un empren­dedor con muy poca inteligen- cia, tiene muchas ideas, pero muy locas.

¿Cómo va el rodaje con pú­blico?

Para mí es muy nuevo, y por eso le preguntamos muchas cosas a Albert Ribalta, porque él salía en Jet lag, con las T de Teatre. Nosotros grabamos dos días: el lunes sin público y el martes con público, y los dos días grabamos el capítulo entero. El lunes tenemos los planes cortos y así no tenemos el público horas y horas en el set. Si no, podría llegar a ver la misma secuencia cinco veces. Así, la ve solo dos veces, o máximo tres.

¿El público ríe igual todas las veces?

La primera vez ríe; la segunda, también, porque ya espera el gag; pero en la tercera ya no, la cosa va de baja. Y aquí entra una figura fundamental, que es Arnau García, el animador de público. Lo que hace es agotador y maravilloso al mismo tiempo, porque no para de improvisar y de animar al público para que no decaiga. Hay muchos ratos de retoques de maquillaje y vestuario, de cambios de cámara, y eso hace que el rodaje se les pueda hacer pesado.

Paula Malia, en la fiesta de los premios Quèfem?

Àlex Garcia

Presentó los premios Gaudí y este mes también los premios Quèfem? ¿Es una nueva vertiente en su trayectoria?

Yo soy actriz como cosa troncal. Presenté los Gaudí porque me lo pidió Daniel Anglès, y la verdad es que me lo pasé muy bien. Y a los premios Quèfem? También dije que sí, porque están vincu­lados a la cultura y me apeteció hacerlo.

Usted es una artista versátil, que tanto hace teatro de texto, como musical, cine, televisión, y ahora también hace de pre­sentadora. ¿Qué le gusta más?

Me gusta mucho la variedad, porque todo tiene su gracia. Al fin y al cabo, todo es interpretar. Es verdad que en la sitcom la velocidad de trabajo es muy bestia, cada semana es un texto nuevo, y eso es una escuela brutal. Pero quizá lo que me gusta más es el teatro, porque tiene algo muy artesano. Me gusta ensayar, con un texto que iremos haciendo, rehaciendo y retocando. Aunque después siempre haces la misma función, es como si cada día hicieras un jarrón, que lo puedes ir puliendo, y eso me encanta. En cambio, el audiovisual no es así: una vez se ha rodado, eso ya está hecho. También es verdad que con el audiovisual puedes parar siempre que haga falta, y en el teatro tienes que hacer las tres horas de la obra sin detenerte.

Los personajes te obligan a ver el mundo con otros ojos, a escuchar de maneras distintas”

Contributing WriterActriz

¿Qué sucede cuando deja de hacer un personaje? ¿Ha habido alguno especialmente significativo?

Cuando se acaba un proyecto, vives un duelo, evidentemente. Con el equipo, con el proyecto y también con el personaje, porque te ha acompañado durante mucho tiempo, incluso la ropa del personaje. Al personaje que hacía en La nostra ciutat le cogí mucho afecto, porque el proceso fue precioso. También fue la primera vez que me enfrentaba a una sala grande, la Fabià Puigserver del Teatre Lliure. También Greta, del musical Ànima. Con Carmen, de Valeria , han sido cinco años con un mismo personaje y eso no me había pasado nunca. O Bet, de La mala dicció, y ahora participaré en La nit del músic alt, en el Grec, porque no le he podido decir que no a Jordi Oriol. Lo que hace tiene un nivel muy alto, con las palabras hace unas partituras maravillosas, es orfebrería pura.

Ha mencionado la ropa del personaje. ¿Puede dar más detalles?

Ahora pareceré un poco loca, pero es que me despido de la ropa del personaje. Cuando se acaba la última función, aparte de que lloro como una magdalena, busco un momento para estar sola, si no, pensarán que se me ha ido la pinza. Entonces abrazo la ropa y digo: “Muchas gracias”. Cada personaje es una oportunidad de explorar muchas cosas que en tu vida quizá no te pasarán nunca: experiencias, maneras de pensar, maneras de moverte... Los personajes te enseñan muchas cosas. Te obligan a ver el mundo con otros ojos, a escuchar de maneras distintas, cabalgando con un caballo que te lleva a lugares donde en tu vida normal no irías nunca.

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