Dicen algunos médiums que acariciar esta planta durante unos minutos puede producir extrañas visiones. O que observarla a diario ayuda a calmar el sistema nervioso y a abrir puertas interiores benignas y resplandecientes. Se trata de la Cauiris Petallum, una especie que mide entre uno y cuatro metros de longitud y que en los días despejados adopta brillantes colores como el verde o el dorado. ¿Que dónde se encuentra? En la umbría de inhóspitas montañas heladas, en la orilla de algunos lagos de aguas verdes… Y en un jardín vertical en las entrañas del barrio Gótico.
Rosa Tharrats (Barcelona, 1983) es la artífice de este singular arbusto confeccionado con diferentes materiales, algunos de ellos reutilizados, que se podrá visitar hasta el 30 de junio en el patio interior del Wittmore Hotel. Una instalación site specific integrada de forma orgánica con el jardín y el espacio arquitectónico que, en palabras de la artista catalana, invita a la contemplación y favorece lo milagroso.
‘Cauiris Petallum’
Esta instalación ‘site specific’ se integra de forma orgánica con el jardín y el espacio arquitectónico del hotel
Tallos de cobre, unos cordones eclesiásticos de color dorado, la cabellera de un caballo, un trozo de vestido y un material iridiscente conforman esta planta que Tharrats comenzó a imaginar el pasado febrero en una residencia artística en las islas Sandwich del Sur, en el Atlántico Sur, donde la flora y la fauna son escasas debido al clima extremo de la zona. La luz natural y artificial que ilumina el espacio hace que los colores del arbusto vayan cambiando, otorgando vida a la instalación. Es indispensable para ello el material iridiscente que presenta, que según avanza el día ayuda a que la luz alcance en forma de distintas tonalidades las superficies y objetos que rodean el jardín, desde los suelos a las mesas y la vajilla.

Rosa Tharrats frente el jardín vertical del Wittmore Hotel, que hoy acoge su instalación ‘Cauiris Petallum’
Cauiris Petallum es la primera de las obras enmarcadas en el Projecte 360, una iniciativa impulsada por la comisaria y gestora cultural Dessislava Pirinchieva, de la agencia Splash, en colaboración con Wittmore Hotel, cuyo objetivo es convertir este rincón al aire libre en un lugar de expresión artística y un refugio que invite a la reflexión tanto a locales como a visitantes. Así, este jardín habitado por más de 2.000 plantas y con una altura de 21 metros, transformado en lienzo y soporte, acogerá cada año la obra de un artista contemporáneo.
Con motivo de la muestra, el restaurante Contraban ha creado un plato y un cóctel efímeros, reflejando su naturaleza mutable.