Empieza el verano, y con él vuelven las ganas de desconectar, de disfrutar del buen tiempo y de reencontrarse con la playa. La Costa Brava se confirma un año más como uno de los destinos más deseados: calas de aguas transparentes, pueblos marineros, senderismo, cultura y un amplio abanico de experiencias. Os proponemos una guía para descubrir los rincones con más encanto de esta región única.
Playas y calas
Las playas son uno de los grandes reclamos de la Costa Brava. A lo largo de su litoral conviven calas vírgenes y solitarias con extensas playas urbanas. La cala Futadera (Tossa de Mar), situada bajo un acantilado y de arena gruesa, destaca por su belleza y entorno natural. Se accede por una escalera con desnivel y se recomienda ir por la mañana, antes de que dé sombra. Más allá de las conocidas Sa Tuna y Aigua Blava, Begur esconde una cala virgen con aguas turquesas, ideal para hacer e snórquel: la cala de S’Eixugador, a la que se accede a pie por el camino de ronda desde Sa Tuna.
En Blanes, la cala Bona es una playa familiar con aparcamiento, aunque se aconseja llegar a pie desde el jardín Marimurtra o por Sant Joan. Tiene 200 metros de longitud, arena gruesa y muchos servicios. Y unos kilómetros más arriba, en S’Agaró, encontramos Sa Conca, ideal para familias, también accesible en coche o por el camino de ronda, y con numerosos servicios, incluyendo pasarelas y asistencia para personas con movilidad reducida.
En la lista de calas imprescindibles de la Costa Brava no podían faltar la pequeña cala Jugadora de Cadaqués, con aguas cristalinas, arena blanca y rodeada de roca y vegetación exuberante, y que además se encuentra a diez minutos a pie desde el faro del Cap de Creus. Ni tampoco la Gola del Ter, una extensa playa de arena fina en Torroella de Montgrí, de carácter más salvaje y con un gran interés ecológico, ya que está donde desemboca el río Ter. Es accesible en coche, tiene pocos servicios y es una de las pocas playas que permiten el acceso con perros.
Museos
Arte, historia, patrimonio y grandes referentes universales. La Costa Brava ofrece, además de espacios idílicos para bañarse, propuestas museísticas diversas que permiten descubrir la riqueza cultural del territorio.
El Espacio Carmen Thyssen es un referente cultural en la Costa Brava que acoge exposiciones temporales de obras de pintura nacionales e internacionales de la Colección Carmen Thyssen. Se sitúa en el Monasterio de Sant Feliu de Guíxols y acostumbra a abrir de junio a octubre.
El Museu de la Pesca es un proyecto cultural que reivindica la relación milenaria entre el hombre y el mar
En el puerto de Palamós, el Museu de la Pesca es un proyecto cultural que reivindica la relación milenaria entre el hombre y el mar, con la actividad pesquera como protagonista. El centro cuenta con muestras permanentes y temporales, visitas guiadas a la subasta de pescado y demostraciones con pescado fresco.
La casa-museo de Salvador Dalí en Portlligat
En esta lista no puede faltar el triángulo daliniano. El Teatre- Museu Dalí de Figueres, la casa de Portlligat y el castillo Gala Dalí de Púbol forman un recorrido imprescindible para conocer el arte y la vida del artista surrealista.
Excursiones
Para los amantes del senderismo, el litoral gerundense ofrece muchos itinerarios para descubrir el territorio de manera activa, desde rutas con vistas al mar hasta caminos tranquilos y alejados del bullicio.
Y uno de los mayores exponentes de senderismo del territorio es el camino de ronda. Algunos de los tramos más atractivos y singulares para los que quieran disfrutar del paisaje del litoral son los que van de s’Agaró a Sa Conca, de El Port de la Selva a Llançà, de Aiguablava a Pals, de Llafranc a El Golfet, de Torre Valentina a cala Belladona o de l’ Almadrava hasta la cala Montjoi.
Igual de interesante es la ruta al castillo del Montgrí, que sube desde Torroella de Montgrí hasta la fortaleza, abierta al público, por lo cual podremos pasearnos por sus murallas mientras disfrutamos de unas vistas panorámicas del parque natural del Montgrí i les Illes Medes.
El camino de ronda propone tramos atractivos y singulares, como el que va de S’Agaró a Sa Conca
La excursión a la Punta del Cap Norfeu recorre la península del Cap de Norfeu desde el cabo de Norfeu (entre la cala Montjoi y la cala Jòncols), en medio de un paraje con vistas, gran diversidad de fauna y flora, muestra de la belleza del parque natural del Cap de Creus.
Una opción para los que buscan alejarse del bullicio del litoral es la ruta del avión de Requesens, cerca de La Jonquera, que recorre la sierra de la Albera entre bosques y paisajes de montaña hasta los restos de un avión norteamericano estrellado en 1953. Un itinerario tranquilo que combi- na naturaleza y memoria histórica.
Visitas culturales
Para quien busque adentrarse en la historia y el patrimonio de este territorio rico en arqueología, monumentos, pueblos con encanto y espacios cargados de memoria, aquí van algunas ideas.
Entre los yacimientos arqueológicos, destacan las ruinas de Empúries y el poblado ibérico de Ullastret
Una ruta por los principales yacimientos arqueológicos de la Costa Brava puede ser una buena opción. Destacan las ruinas de Empúries, el conjunto grecorromano más importante de Catalunya, y los poblados ibéricos de Ullastret, el mayor de Catalunya, y de Castell, en Palamós, cerca del mar.
Vista de las Ruinas de Empúries
El monasterio de Sant Pere de Rodes, en la cima de la sierra de Rodes, es un destacado conjunto románico catalán, conocido por su imponente estructura, sus capiteles esculpidos y sus vistas panorámicas. Se llega en coche o a pie por el camino de la Vall de Santa Creu o por el GR-11 desde El Port de la Selva.
La Costa Brava también conserva pueblos medievales como Pals, Peratallada y Monells, con calles empedradas, murallas y plazas llenas de historia.
Finalmente, Lloret de Mar esconde un bello patrimonio que la mayoría desconoce. Entre sus rincones destaca el jardín de Santa Clotilde, lleno de naturaleza, olores y colores donde disfrutar de unas buenas vistas al mar.
Ambiente bohemio y mágico en el Santa Market en Santa Cristina de Aro
Los mercados de verano, en auge en la Costa Brava, son un escaparate de la vida local a través de la gastronomía, la artesanía, el diseño y la música. Las principales citas están en Palamós, con el White Summer, uno de los mercados más emblemáticos y tempranos de la zona, que abre en agosto combinando moda, diseño, gastronomía y música en un ambiente bohemio y festivo; y la Santa Market, en Santa Cristina d'Aro, que también aúna cultura, creatividad y artesanía de proximidad a la vez que se convierte en un expositor para la mejor gastronomía, música en directo y actividades infantiles.
La Santa Market, en Santa Cristina d'Aro, aúna cultura, creatividad y artesanía de proximidad
Otras dos citas son el festival Nomad ( Sant Antoni de Calonge), que combina artesanía, gastronomía y espectáculos en un formato de festival al aire libre durante 11 días del mes de agosto, y La Riba (l’Escala), que ofrece productos locales, arte y gastronomía con un encanto marinero durante los meses de julio y agosto.
