El título de la última gira de Miguel Ríos, El último vals, presenta sus dudas. Remite al mítico The last waltz, el último concierto de The Band en el Winterland Ballroom de San Francisco en 1976 inmortalizado por el no menos mítico documental de Martin Scorsese, pero no está nada claro que realmente sea el adiós del eterno rockero granadino tras más de seis décadas de trayectoria.
Además, es que llueve sobre mojado: al menos en dos ocasiones, en el 2010 y el 2015, se anunció el final de su carrera con una gran gira de despedida, pero finalmente pudo más la sana adicción a los escenarios y la carretera. Seguramente es un juego que solo una leyenda como Miguel Ríos se puede permitir. Él mismo, con ironía, no ha descartado que pueda ser un fake, así que habrá que esperar al año que viene para salir de dudas.
El cantante granadino ya ha lanzado dos sencillos: un tema vitalista con aires mexicanos y una balada folk nostálgica
Podría ser un último baile, sí, pero, vistos los primeros pasos, no lo parece. A sus 81 años, Ríos no presenta un tour que se limita solo a repasar sus éxitos de glorias pasadas, sino que también trae material nuevo. De hecho, como haría cualquier otro, el cantante ha ido dosificando sus sencillos antes de lanzar nuevo disco, previsto precisamente para el 7 de noviembre, ya con la gira a pleno rendimiento.
Empezó en mayo, con En la rampa de salida, pieza con evidente regusto country y referencias mexicanas que, a su vez, es un canto vitalista pese a los achaques de la edad. Es la especialidad de sus últimos años: tomarse el paso del tiempo con alegría pero con sinceridad y sin edulcorantes. Continuó en septiembre, con Oro irlandés, una balada folk gaélica que se atreve a rememorar, con indisimulada nostalgia, amores veraniegos de antaño. Y culminará con el esperado álbum, el decimonoveno de estudio, firmado por su inseparable productor José Nortes.
Es la segunda ocasión que el cantante visita el coliseo barcelonés
La cita de este próximo martes en el Gran Teatre del Liceu de Barcelona, segunda ocasión que el histórico cantante visita el coliseo barcelonés tras el aclamado concierto sinfónico del 2018, es el primer plato fuerte de una gira que le llevará por numerosos teatros y auditorios de la geografía hispánica, tales como el Palacio Euskalduna de Bilbao, el Circo Price de Madrid o el Teatro de la Maestranza de Sevilla. El repertorio combinará sus grandes temas de toda la vida, como Bienvenidos, Santa Lucía, Los viejos rockeros nunca mueren o El río, con los del nuevo trabajo, en una velada que respirará aires de rock, blues y country, como ha sido habitual estos años.
Tras acudir a la capital catalana en todos los formatos posibles, desde el orquestal al más íntimo, ahora toca cuarteto de pequeño formato. Eso sí, misma energía de siempre y las mismas dudas: ¿será un adiós o solo un hasta pronto?

